Centros educativos en peligro de extinción

El descenso de matrículas ha provocado el cierre de media docena de escuelas infantiles en Poio a lo largo de los últimos años. Actualmente solo permanecen operativas las de O Vao, Portosanto y Sartal
Fachada exterior de la recién clausurada escuela infantil de Tarrío, en Samieira
photo_camera Fachada exterior de la recién clausurada escuela infantil de Tarrío, en Samieira

Las escuelas infantiles en el municipio de Poio comienzan a ser una ‘rara avis’. El descenso de demanda en lo que a matriculaciones de alumnos se refiere ha provocado una drástica reducción de este tipo de centros educativos. El cierre del colegio de Tarrío, en la parroquia de Samieira, es el último de una dinámica que comenzó a principios de la pasada década y que amenaza con acabar devorando a las instalaciones que todavía permanecen operativas en la parroquia de San Salvador. Las escuelas de O Vao, Sartal y Portosanto son las únicas que, de momento, se resisten a echar el cerrojo de forma definitiva.

El Concello de Poio no es ajeno a esta situación, pero tiene las manos atadas a la hora de poder tomar medidas. Y es que la Consellería de Educación y Ordenación Universitaria lo tiene muy claro: cualquier centro de estas características que no acoja a, como mínimo, media docena de alumnos acabará siendo carne de cañón. En el caso de Tarrío, las previsiones de la Administración municipal contemplaban que solo se realizaran tres o cuatro inscripciones de cara al próximo curso, de ahí que la escuela ya no volverá a estar operativa.

La situación actual dista mucho de la que se daba a finales de la década de los 90, cuando colegios unitarios y de preescolar proliferaban en las parroquias de la villa poiense. No obstante, en menos de 20 años la reducción ha sido drástica. La primera en caer fue la escuela infantil situada el mismo edificio en el que se ubica la sede de la Confraría de Pescadores de Raxó, tal y como recuerda el alcalde, Luciano Sobral. Posteriormente, llegó el turno del colegio de Arén, en Samieira, y de la EII do Campo, en Combarro. Estas dos ‘jubilaciones’ tuvieron una consecuencia positiva, ya que el Concello apostó por habilitar ambas instalaciones y destinarlas a diferentes usos. Así, por ejemplo, en el caso de la de Arén, actualmente es la sede de varios colectivos de la parroquia.

Tras un breve paréntesis, la Consellería de Educación confirmó a finales del curso 2010-2011 el cese definitivo de la actividad en la escuela de O Pereiro. Al igual que en los dos casos anteriores, la Administración municipal apostó por rehabilitar el inmueble. En este caso, el bipartito se vio obligado a solicitar a la Xunta de Galicia la desafectación de las instalaciones, algo que lograron un año después de confirmarse el cierre del centro educativo.

ALBAR. Antes de que el tijeretazo afectase a Tarrío, la última escuela infantil en cesar su actividad en Poio fue la de Albar, en la parroquia de San Salvador. La Administración autonómica clausuró las instalaciones nada más finalizar el curso lectivo 2012-2013. Los escasos alumnos que todavía estudiaban en el centro fueron reubicados en el CEIP Isidora Riestra, en A Seca.

En el caso del colegio de Tarrío, su adiós se trata de una muerte anunciada. Y es que el número de alumnos había descendido notablemente en los últimos años, quedándose por debajo de la media docena exigida por la Consellería de Educación.

Con respecto al futuro inmediato de O Vao, Sartal y Portosanto, el Concello de Poio confía en que la demanda de plazas se mantenga en los cursos venideros.

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