Cobres recibe a cientos de espectadores en su día grande

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El Carnaval de Cobres sigue siendo el más popular de los que se celebran en los municipios de la comarca. Ni la campaña electoral, ni la tan traída y llevada crisis han hecho merma en la celebración con más historia de las Rías Baixas, que ayer, en su día grande, volvió a registrar un lleno absoluto de visitantes en la explanada de Riomaior.

La organización se decidió este año a hacer un cambio en el horario para no deslucir los bailes de las madamas e galáns, y a primera hora de la tarde se disputaron los populares juegos del gallo.

El primero de ellos, el de ‘O galo no río’, fue el más disputado. Siete jóvenes de Cobres se turnaron en el arriesgado recorrido sobre un flexible tronco de eucalipto que los dejaba caer una y otra vez. Se rondaba la decena de intentos, sin que el penacho de color naranja que este año hizo las veces de ‘galo’, fuese alcanzado. La vara sobre la que andaban los jóvenes fue cediendo y, al final, se rompió la sujeción. Dice el reglamento popular de este juego sin más árbitros que los cientos de espectadores que, si rompe la vara, se acaba el juego.

El premio, cien euros en metálico y el gallo de verdad, se fue para el que más cerca estuvo de hacerse con el penacho. Braulio González, de 24 años se lleva por tercera vez en su vida el mérito. En los años 2006 y 2007, Braulio ya había conseguido el gallo, pero nunca le dejó un sabor tan agridulce el premio. «Olvideime de sacar o reloxo, e caéuseme no río. É un Lotus con ouro que valera 300 euros, así que, co premio, de 100 euros, só perdo 200», ironizaba mientras se cubría con una toalla.

El joven tenía la esperanza de que el reloj, que es sumergible, apareciense en el momento en que se calmasen las aguas. «O río está imposible, a unha temperatura baixísima, e aínda lle dan cunha excavadora para que a poza sexa máis profunda », explicaba José Manuel Mayán, de Cobres, con 31 años, que también fue tres veces campeón en este juego. Otro de los concursantes, Javier Filgiueira, con 28 años, se estrenaba esta vez en el río. «Ata o de agora sempre bailei co traxe de galán», declaró.

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