Comedores

Las puertas del colegio se cerrarán, en breves semanas, para muchos niños y no volverán a abrirse hasta septiembre como marca la tradición del calendario escolar. Años atrás, la llegada del mes de junio suponía acelerar el sistema nervioso ante lo que podía suceder con las notas de final de curso. Casi todas las familias compartían una misma inquietud: ¿Tendremos un verano con o sin cartera de libros bajo la toalla? Esta pregunta, bien, podría inspirar a los autores de ‘Yo fui a EGB’ para una segunda parte del libro. Pero, la infección económica que la crisis ha provocado en las familias no concede un mínimo espacio para los recuerdos más infantiles. 
La finalización de las clases, para medio millón de niños y niñas, significará perder el servicio de comedor. Esto repercutirá en que la comida de mediodía no estará sobre la mesa de casa. Según la ONG Educo, el panorama para este verano es muy crítico por una absoluta falta de planificación de las administraciones. Y, ante esto, varias entidades sociales han inventado un sistema de becas comedor a través de escuelas, colonias y talleres de verano para asegurar la manutención de los pequeños. En el spot de la campaña se puede ver a un niño rebajando el vaso de leche con agua ante la inopia de la nevera. Aunque, la intuición nos insinúa que la realidad supera a la ficción.

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