Cómo escapar de un cuartel armado con un zapato

Si sorprendente e insólita fue la fuga, el jueves, del joven rumano V.G.V.D del cuartel de A Estrada, cuando estaba en un calabozo para ser trasladado al juzgado, más lo fue todavía el método que utilizó: un zapato. Además, la fuga fue reconstruida y grabada en vídeo por la Guardia Civil y con el propio protagonista en acción, una vez que fue detenido, tras ser localizado en una pista de la zona industrial de Matalobos. V.G.V.D. utilizó uno de sus zapatos para forzar el cierre del calabozo, en el que lo tenía recluido momentáneamente la Guardia Civil. Según se pudo saber, el sistema de cierre, tal y como se comprobó luego, no era seguro y se forzaba fácilmente. El rumano estaba sin esposas en el interior del calabozo, cuya puerta es de hierros con huecos intercalados, sacó uno de los zapatos, lo introdujo por entre los barrotes y, por la parte externa, desplazó el pasador de la puerta. Los guardias que lo custodiaban se fiaron del obsoleto sistema de cierre, si bien los calabozos del cuartel no están habilitados para acoger, más que muy provisionalmente y como sustitución de una sala de estar, a los detenidos. Fuentes del instituto armado destacaron ayer la profesionalidad de los encargados de la custodia, cuyo único error sería haber confiado en un cierre a todas luces inseguro. Tras abrir la puerta, el rumano corrió por el pasillo y saltó por una ventana, que carece de rejas y de cualquier otro sistema de seguridad.|Vecinos de la zona y trabajadores de la empresa situada enfrente al cuartel fueron testigos presenciales. Según relataron, V.G.V.D. se tiró desde lo alto del muro, de entre 4 y 5 metros de altura, y se fue caminando: apenas podía correr porque sufrió heridas de consideración, una de ellas en el vientre, y porque los cordones de los zapatos, como es preceptivo, le habían sido retirados.
No menos ‘espectacular’ resultó el salto en altura que tuvo que realizar para superar el muro que rodea el cuartel por su fachada principal: hacia la Avenida de Pontevedra (carretera N-640). 

Saltó un muro de 4 metros

La juez del Juzgado de Primera Instancia de A Estrada decretó ayer sendos autos de prisión comunicada y sin fianza, en ambos casos, para el joven rumano V.G.V.D., de 31 años, y para el estradense J.F.F., de 51. Al primero se le imputan cuatro delitos: tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas, robo con fuerza en las personas y lesiones y al segundo, dos: tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas. La juez atendió los argumentos de la fiscal, que solicitó prisión preventiva para los dos. A media tarde, ingresaron en la cárcel de A Lama.
Ambos negaron ante la juez todos los hechos que se le imputan, salvo el robo de droga en el caso del rumano, que dijo que fue el pasado martes a casa de J.F.F, en Ouzande-A Estrada, con intención de comprar relojes. Supuestamente, todo obedeció a un ajuste de cuentas.
Después de la insólita fuga del rumano del calabozo, y de que una patrulla del instituto armado lo capturase sobre las nueve de la noche, V.G.V.D., que presuntamente pertenece a una red mafiosa rumana, era conducido ayer por la mañana al juzgado. Tras ser sometido a varias pruebas en el Hospital Montecelo al aducir que "veía doble", también era trasladado ayer al juzgado J.F.F., el estradense, con antecedentes por tráfico de drogas, a quien se considera que el peligroso delicuente rumano le pegó con la culata de una pistola y le robó los 525 gramos de cocaína y los 1.500 euros encontrados en una mochila. Ambos prestaron declaración desde las 10 de la mañana a las 13.30 horas, si bien los autos de prisión se dictaban por la tarde, una vez que ambos, al igual que la mujer del estradense, fueron sometidos a reconocimientos del médico forense. Los dos abogados defensores recurrirán los autos de prisión y pedirán libertad bajo fianza.

 

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