A todas aquellas personas que utilizan de forma regular el autobús que une la villa marinense con la capital provincial les resultará más que familiar la escena en la que dos de estos vehículos se encuentran en dirección contraria en la parte alta de Marín, concretamente en la calle Concepción Arenal, e inician una serie de rocambolescas maniobras, marcha atrás incluida, para poder continuar con su camino sin colisionar. La razón radica en la enorme concentración de turismos estacionados a ambos lados de la carretera, que reduce de forma considerable la anchura de la misma, impidiendo que dos autobuses puedan cruzarse sin tener que hacer de ello un despliegue de capacidades de los conductores que los manejan.
Por ello, el Concello ha decidido suprimir las plazas de aparcamiento en uno de los sentidos de la calle. Es una medida que emana de un proyecto más ambicioso, ya redactado por los técnicos del departamento de Urbanismo que dirige Manuel Santos, con el que se busca hacer "una rehabilitación integral" de la calle. De hecho, la reducción de plazas de aparcamiento es una decisión que se ha tomado aprovechando que se tiene que solucionar otro problema mayor: el mal estado del alcantarillado. "Las canalizaciones de pluviales, fecales y abastecimiento son muy antiguas y están muy deterioradas, y se producen frecuentes filtraciones a los edificios que hay en los laterales", detalla Santos.
La primera fase irá de José Trasande a la calle Real de Cantodarea y tiene un presupuesto de entre 600.000 y 700.000 euros
La actuación se hará por fases, pues, tal y como señala Santos, abordarla de otra forma "supondría un coste inasumible por lo extensa que es". Así, el primer tramo en el que se comenzaría a actuar es el que discurre "entre José Trasande y la calle Real de Cantodarea. Para ello, el equipo de Santos maneja un presupuesto que baila entre los 600.000 y los 700.000 euros.
QUEJAS GENERALIZADAS. El concelleiro de Urbanismo apunta que el malestar por esta situación "es generalizado", pero que toca más de cerca a los vecinos de Cantodarea, cuya asociación fue la más combativa en este aspecto.
Cuando iniciaron la redacción del proyecto, con el que dotarán a la zona de aceras algo más anchas y de nuevo alcantarillado, "más de un kilómetros de tuberías", pusieron sobre la mesa la posibilidad de convertir el vial en uno de sentido único, "pero esa solución era mucho más compleja porque supondría una reordenación del tráfico, así que la solución intermedia, más práctica y que menos conflicto genera es la de eliminar el aparcamiento en uno de los sentidos", declara Santos, que todavía no tiene fecha para el inicio de las obras, pues están pendientes de la financiación.
