Condenado a 46 años de cárcel al asesino de Arbo

Arturo Domínguez mató a Beatriz Rodríguez y Sergio Rodríguez con dos diparos de escopeta en julio de 2015

La Audiencia de Pontevedra ha fijado en 47 años de prisión la condena a Arturo Domínguez, el hombre que mató con una escopeta a su expareja y al novio de la mujer en julio de 2015, cuyos cuerpos aparecieron en un monte de la localidad pontevedresa de Arbo.

La sentencia, que ha sido divulgada por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia, sigue la senda marcada por el jurado popular que, el pasado 24 de octubre, declaraba al acusado por unanimidad culpable de este doble crimen.

El tribunal entendió entonces que el comportamiento de Arturo Domínguez hacia su expareja, Beatriz Rodríguez, era "posesivo, controlador y violento", y que "insistía en reiniciar la relación y la convivencia con la víctima, a pesar de saber que ésta estaba saliendo con otro hombre, Sergio Rodríguez.

Para ello, recuerda la sentencia, trataba de seguir contactando con ella, frecuentaba el bar donde trabajaba e incluso la vigilaba, él mismo o a través de otras personas, de forma "permanente".

Por el asesinato con alevosía de la mujer le condenan a 24 años de prisión, al aplicarle el agravante de parentesco, mientras que por la muerte del novio de su expareja el magistrado de la sección segunda de la Audiencia de Pontevedra suma otros 23 años de cárcel.

Según recoge el Código Penal, el máximo de cumplimiento efectivo de la condena del culpable será de 40 años de prisión.

La condena lleva aparejada, además, la retirada la patria potestad respecto de la hija que tenía en común con la víctima, que en el momento del crimen tenía nueve años, ya que esta circunstancia, señala la sentencia, "tuvo una relación directa con los delitos cometidos".

El magistrado le impone también la prohibición de acercarse a menos de 200 metros y de comunicarse por cualquier medio con los parientes hasta el segundo grado de consanguinidad de los fallecidos durante 33 años.

Con esta medida, explica el magistrado en su fallo, se pretende proteger a los familiares de "cualquier tipo" de reacciones o incidentes que se puedan producir ante "indeseables" encuentros con el asesino de la pareja.

La noche del crimen, el 3 de julio de 2015, Arturo Domínguez siguió a la pareja hasta un lugar apartado, una zona boscosa del municipio pontevedrés de Arbo, y allí aprovechándose de su pericia como experto cazador efectuó dos disparos "certeros" en la cabeza a las dos víctimas, matándolas al instante.

Tras matarlos abandonó el lugar de los hechos llevándose consigo el teléfono móvil de Beatriz que, horas después del crimen, se activó en la zona de Padrenda, en donde vivía el acusado, según acredita el informe de la Guardia Civil sobre las antenas de telefonía.

Desde el asesinato de la pareja hasta que Arturo Domínguez fue detenido pasaron cerca de 21 horas, un tiempo que según el jurado fue "más que suficiente" para deshacerse del arma del crimen, que nunca fue hallada, y eliminar las pruebas que le pudieran vincular con las muertes.

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