Ana Pastor ha estado en la ciudad. Lo saben. Ayer lo contaba este medio con pelos y señales. Bueno, no con todo lo que debería recoger una crónica, puesto que faltaba micontracrónica de estilo. Es que me pilló ocupada preparando el el Carnaval de Verán y quería hacer un análisis de profundidad. Después de 48 horas estudiando el asunto estoy en disposición de decirles que nuestra ministra pontevedresa es elegante pero austera. El mismo vestido verde y chaqueta blanca de tela algo gordita que traía lo había lucido esa semana, no sé si el jueves o el miércoles, en Valencia. Y en una jornada en la que, si mis fuentes no fallan, Rita Barberá, la alcaldesa de Valencia, sí lució dos modelitos en el mismo día en distintos posados con la ministra. En fin, el vestido verde es bonito y bien vale la repetición. A mí me parece bien, siempre que la redundancia (de vestuario) no pase de ser un recurso literario y no oculte un mensaje en clave.
Si con la ropa hablásemos en clave tendríamos, en ese mismo acto, a tres hombres unidos en un sintagma. Les hablo de Antón Louro, el teniente de alcalde de Pontevedra, de José Manuel Cores Tourís, el delegado de la Xunta en la ciudad y de Perfecto Rodríguez el alcalde de Ponte Caldelas. Los tres llevaban el mismo modelo blanco con rayas azul marino. ¡Son tan clásicos! Había sutiles diferencias porque Louro, largo como es, se presentó sin americana. No diré lo que todos están pensando.
Lo que me pregunto es: ¿Por qué?, ¿por qué?... No había visto tanta camisa de esa junta desde mis días del instituto. ¿Lo habrán hecho para responder a la provocación de la repetición de vestido de la ministra con un 'hat trick' de camisas? ¿Se habrán puesto de acuerdo sus camiseros para sembarles el armario de rayas noventeras esta temporada? ¿Puede ser una operación de camuflaje?
