Cuando un misil israelí acaba con una familia al completo en Gaza

Los equipos de rescate y parientes de la familia de Abu Aamer han perdido la esperanza de encontrar supervivientes entre los escombros de una vivienda de la ciudad de Jan Yunes completamente destruida por la aviación israelí.

El suceso tuvo lugar la semana pasada cuando el edificio de dos plantas en el que vivían se convirtió en el blanco inesperado de dos misiles disparados desde el aire por cazabombarderos israelíes.

El resultado, una familia palestina entera borrada del mapa: padre, madre y cinco hijos, que quedaron sepultados entre cascotes.

"Primero encontramos el cuerpo del padre, luego el de su mujer, y seguimos buscando sobrevivientes hasta que el martes por la noche y a duras penas, dimos con los restos de los cinco hijos", asegura Hussein Abu Aamer, el hermano más joven del progenitor difunto.

Decenas de personas colaboraron con los equipos de rescate y familiares más cercanos en las labores de búsqueda de los cadáveres. "¿Qué le han hecho a Israel para que los eliminara de esta forma tan bárbara y criminal?", se preguntaba desconsolado Hussein.

Abu Aamer era sosten económico de la familia además de dirigente del Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP).

"Lo que le ha sucedido es una muestra de que Israel nos ataca a todos", denuncia el pariente.

Israel lanzó el 8 de julio una ofensiva militar en Gaza, destinada a impedir los ataques por parte de milicias palestinas mediante intensos bombardeos que se han prolongado cuatro semanas consecutivas y dejado cerca de 2.000 fallecidos y alrededor de 10.000 heridos en este territorio costero.

Conforme a los datos del Ministerio de Sanidad de Gaza, 60 familias palestinas han perdido al menos a cuatro de sus miembros en esos ataques, y ha habido varios casos en los que han desaparecido familias enteras.

La de Abu Zeid, oriunda de la ciudad meridional de Rafah, fronteriza con Egipto, es otro caso más en el que todos sus miembros perdieron la vida en un ataque aéreo israelí, padre, madre y siete hijos.

Los parientes de este clan recibían recientemente junto a los restos de la residencia destruida las condolencias de vecinos y amigos de la localidad.

Los fallecidos fueron sepultados en tres tumbas contiguas y poco después de que concluyera su entierro, uno de los patriarcas, el viejo Abu Zeid gritaba a los congregados con una mezcla de orgullo y amargura: "No decimos adiós a uno o dos mártires, nos despedimos de familias enteras".

"Ocho personas han sido asesinadas, enterradas bajo los escombros después de que su casa fuera derruida. El único superviviente es un bebé de 40 días que ahora crecerá sin su familia", lamentaba.

Mientras el anciano expresaba su lamento, la multitud participante en el funeral coreaba consignas de venganza contra el Estado judío y llamaba a la resistencia "a golpear duro" al enemigo, mientras describían lo que ocurre en Gaza con una "guerra de genocidio".

Según datos de los grupos de derechos humanos con sede en Gaza, más de 8.000 casas fueron dañadas en los bombardeos israelíes, de las cuales, 1.375 completamente y 2.627 de manera parcial.

Los aviones de combate y tanques israelíes prácticamente no han dejado una sola zona sin bombardear en la Franja, desde terrenos agrícolas, descampados, edificios gubernamentales, apartamentos y casas, vehículos, granjas, parques, todo lo imaginable de un entorno urbano o rural presenta diferentes grados de destrucción.

Además, un cuarto de millón de personas, de una población de 1,8 millones de habitantes en Gaza, ha quedado sin hogar.

Una de las tantas familias obligadas a desplazarse buscando refugio en otro lugar, lo encontró en un edificio de seis plantas de la capital que fue alcanzado por dos misiles.

El cabeza de familia, Ibrahim al-Kilani, palestino con nacionalidad alemana, murió en el ataque junto a su esposa y cinco hijos después de que su albergue temporal se convirtiera en una trampa.

Sus allegados relatan con pesar que escapó de su domicilio en Beit Lahia, en el norte de la Franja, sin saber que la muerte le seguía hasta la ciudad de Gaza.

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