La popularidad del libro electrónico es imparable. En España casi el 60% de la población se ha apuntado a esta nueva forma de leer. Aunque las cifras no son tan significativas en el terreno económico, ya que solo el 32% de los lectores reconocen pagar por las descargas, lo que implica que un 68% de los usuarios se descargan gratuitamente los libros.
Ahora parece que los libros electrónicos irrumpirán también en las bibliotecas españolas en su intento por desbancar al tradicional libro de papel. En 2014 los socios de las bibliotecas públicas podrán acceder a 200.000 licencias de uso de libros electrónicos en las que el Ministerio de Cultura invertirá 2.064.000 euros. Con el presupuesto destinado desde esta cartera se adquirirán ocho lotes diferentes de obras en formato digital que se ordenarán según temática y público.
Dentro del sector los ánimos todavía están calmados y los comerciantes ven una puerta abierta al mercado. La presidenta de la Federación de libreros gallega, Pilar Rodríguez, sostiene que ''el libro electrónico sigue siendo un libro, sólo que en otro formato'', por lo que para ella la ruta a seguir pasa por ''que las descargas se hiciesen a través de las librerías''. Por su parte, Isabel Ares, de la librería Lerliberias de Santa Comba (A Coruña) mantiene que ''la gente todavía prefiere el papel'' dado que ''hoy dependemos de la electrónica para trabajar, así que para desconectar preferimos huir de ella''.
