Defendiendo el fuerte

El próximo martes día 6 celebramos el 125 aniversario del periódico. Por algún motivo que se me escapa me invitaron a participar en el acto que habrá de celebrarse en el auditorio del Museo. Así que estaba yo buscando por toda Pontevedra unos zapatos con plataforma del estilo de los que calzaban los de ABBA, para presentarme al acto como es debido, con estilo rompedor, cuando me confirmaron un encuentro que había pedido yo con María José Rodríguez Teso, la que más manda en el grupo municipal del PP tras Jacobo Moreira
“No vengo a hablar de María Biempica”, advierte nada más saludarnos. Eso complica las cosas, pues yo lo que quería era precisamente hablar de Biempica, así que insisto. “Sólo te diré una cosa”, me dice: “Y es que los que hemos querido trabajar lo hemos hecho desde dentro del PP. Ella ha decidido irse con su acta y ya está. Bueno, ha sido compañera mía durante mucho tiempo y la voy a respetar, pero no estoy dispuesta a convertirla en nuestra preocupación. Tenemos muchas otras cosas de las que ocuparnos”. 
Vale. Le pregunto por Moreira entonces. ¿Lo ve Teso de verdad como un líder fuerte, como candidato, como alcalde? “Pues claro que sí. Lo que no entiendo es esa manía de exigirle a Jacobo lo que todavía no puede dar. Será presidente local, pero todavía no lo es. Será candidato, pero no lo es aún. ¿Por qué se le exige como si ya fuera todo eso? Cuando gane el congreso, que lo va a ganar, entonces demostrará que sabe presidir el PP de Pontevedra, no antes. Todo a su tiempo”. 
¿Tiene la prensa alguna culpa de esa imagen de un Moreira poco consistente?, pregunto. Ahí entra a matar: “Hombre, Cota, tiene su gracia que eso me lo preguntes precisamente tú, que has estado utilizándonos a Jacobo y a su grupo como carnaza para alimentar a los tiburones. Deben estar encantados contigo”. María José Teso es de decir las cosas a la cara. Sigue: “Jacobo sí es un líder muy consistente. Otra cosa es que no sea de dar golpes en la mesa o de liderar a gritos”. Yo me rehago sacando otro tema que no les gusta: las dedicaciones. “Pues pregúntaselo a los que las cobran, que están en el BNG y en el PSOE. A nosotros nos las han quitado precisamente porque Moreira ha sido fuerte y no ha cedido a un chantaje escandaloso. Eso ya lo dicen hasta los jueces. Y te digo una cosa: si Lores le quitara las dedicaciones a todo el BNG y al PSdeG habría que reformar al Teatro Principal para meter a los desertores en el grupo de no adscritos. Lores es así: exige a los demás lo que no se exige a sí mismo. Todos vamos en metrominuto menos él, que cuando tiene que ir al Pazo da Cultura aparece en coche oficial con chófer. Y Louro traga… Louro tiene horchata en las venas”. 
Ya ni hace falta que uno le pregunte nada. “Las dos primeras legislaturas de Lores no fueron malas, pero desde entonces no ha hecho absolutamente nada. ¿Cuál dirías tú que es la gran gestión de estos últimos años? ¿La chapuza de Benito Corbal? Venga, hombre. Lores vive instalado en una nube. Esta misma semana, en la reunión del Consello Económico e Social, la CIG se presentó con cien propuestas para crear empleo en Pontevedra, y hablo del sindicato afín al BNG. ¡Cien propuestas! ¿Y Lores se dedica a pasearse por Europa vendiendo esa gestión? Eso me hace reír”. 
Pues yo, le digo, no veo a Lores tan mal. Y no parece que en Pontevedra se tenga esa imagen de un Lores acabado. “Bueno, ¿qué sabrás tú cuál es la imagen que los ciudadanos tienen de Lores? Mucha gente nos dice que se está dando demasiados humos. Ésta es la legislatura de la arrogancia, la chulería y la prepotencia de Lores. Que no olvide 2007, cuando precisamente por ir de sobrado estuvo a unos votos de perder la alcaldía, y eso que por aquella época todavía hacía cosas. Ahora ya ni eso. Se limita a reponer los adoquines que según dice le mueven las ciclogénesis explosivas, pero aparte de eso, te digo, no hace más que dormitar en los plenos”.
Sobre el futuro, dice que después del congreso veremos a un PP nuevo con un año por delante para demostrar que pueden gobernar. “Y vamos a hacerlo. Al tiempo”. Lo que parece claro es que a Jacobo Moreira todavía le queda gente dispuesta a defender el fuerte y a resistir en espera de refuerzos. Han sido malos tiempos para ellos, con frentes abiertos por todas partes, dentro y fuera, pero no dan la batalla por perdida y están convencidos de que la van a ganar. Pues eso. Al tiempo.

Comentarios