Democracia, prisa y poder

dónde están los límites de la competición política y de las campañas de desgaste de los adversarios? ¡No lo sé! Pero sí estoy seguro de una cosa, que existen límites que vienen marcados por la ley. La democracia, por ser un estado de derecho, pone esas limitaciones en el sistema legislativo. Además en la Constitución se declara a todos los ciudadanos iguales ante la ley, además de consagrar y separar los ámbitos de actuación del poder ejecutivo, legislativo y judicial. Pero, ¿qué pasa cuando algún partido exige actuaciones al partido en el gobierno para que salte e incumpla esos principios? ¿Acaso no está pidiendo que se traspase esa constitucional norma de separación de poderes? Un verdadero demócrata nunca haría propuestas que atenten contra la separación de poderes. Pero por desgracia últimamente estamos oyendo múltiples declaraciones en las que se pide al Gobierno que intervenga en ámbitos que no le corresponden. No ha sido una, sino mil veces las ocasiones en los que los demócratas de nuevo cuño dejan caer la careta y demuestran su verdadera faz. Son una especie de terroristas que ponen bombas judiciales para desmontar un gobierno. Son actuaciones fraudulentas realizadas con el conocimiento de que sus peticiones son contrarias a la ley. Como decía Cervantes: «Nunca pongo los pies por donde camina la mentira, el fraude y el engaño de la santa virtud (en este caso democracia o libertad) total ruina». Me parece que están recibiendo una bofetada por la estrategia que había inaugurado el señor Aznar acusando falsamente de fraude al presidente de Castilla León, señor La Madrid, que por pureza democrática dimitió. Acusación que más tarde se demostró judicialmente que era mentira, aunque antes ya le había dado tiempo al señor Aznar a llegar a la presidencia de Castilla León. Otra posibilidad es la del desgaste de la democracia, y que los ciudadanos piensen que la única solución es la misma que se hizo en el 23F, con el tejerazo que consiguió dar un volantazo a la actividad democrática. Ya decía Maura que los ciudadanos tienen la necesidad de confiar en el sistema pues «Democracia quiere decir que necesita el ciudadano el ejercicio del derecho, la confianza en el derecho, la persistencia en defenderlo y estimarlo». El desgaste de la democracia que se está realizando llevará a los electores a poner en duda la honorabilidad ejecutiva de los representantes de los ciudadanos, con lo que no es de extrañar que un importante porcentaje de españoles pudieran ver con malos ojos otro cuartelazo… ¿Cuando se pierde la estima a la democracia qué puede pasar? No puedo creer que los que atentan contra la confianza del ciudadano en el sistema no sepan que esto es así. Denuncias contra los corruptos, persecución implacable de los que roban mediante fraudes legales o se aprovechan de su situación, ¡eso sí garantiza la supervivencia del sistema! Y lo que parece que ocurre, por el contrario, es que se atenta contra la democracia, llevando al sentimiento popular el hecho de que todos los políticos son unos chorizos o unos anti-demócratas. Unos por cacos y predicadores, otros por falsarios y difamadores están arrinconando y hundiendo en el descrédito la democracia tanto tiempo ansiada. El comportamiento de algunos políticos hace bueno lo que escribía Buero Vallejo: «…su tragedia es ver cómo al más grande político le pierde la ambición» y la prisa.

Comentarios