Denuncian daños en un inmueble por culpa de un derribo «mal ejecutado»

El agua se cuela por las uralitas de la cubierta y no hay espacio suficiente para caminar por debajo y recogerla. r.f.
photo_camera El agua se cuela por las uralitas de la cubierta y no hay espacio suficiente para caminar por debajo y recogerla. r.f.

POIO. Los dueños del inmueble número 20 de la Avenida da Cruz, en Combarro, manifestaron ayer que van a interponer un contencioso contra el Concello de Poio para reclamar por los daños sufridos en el edificio a raíz del derribo parcial ejecutado en el año 2012.

A través de una empresa externa, el Ayuntamiento realizó subsidiariamente la demolición del bajo-cubierta y de una parte de la planta baja del inmueble dando cumplimiento a una orden judicial. Sin embargo, los propietarios del mismo han venido denunciando reiteradamente que las obras se llevaron a cabo de forma negligente y que, como consecuencia, las viviendas han sufrido numerosos daños .

Tal y como señaló ayer la hija de los dueños, «está entrando agua constamentemente por los dos pinches y por las uralitas. Tuvimos que poner tinas para recogerla y, como no hay altura suficiente bajo la cubierta, tenemos que vaciarlas con un cazo. La noche pasada estuvimos hasta las tres de la madrugada sacando agua. Ya tenemos las paredes negras. Mi madre es asmática y la pared de su habitación está totalmente ennegrecida por el moho».

Los afectados lamentan que, a pesar de que han transmitido las quejas al Concello, por el momento no han recibido ninguna respuesta.

«El Ayuntamiento nos está ignorando. Cuando terminaron las obras de derribo, presentamos escritos de queja porque nos dejaron todo fatal y desde entonces estamos esperando una contestación que no llega», explicó.

Los propietarios afirman que los trabajos de demolición contratados por el Concello y ejecutados por una empresa externa «fueron una auténtica chapuza y, a pesar de ello, el Ayuntamiento no se preocupó en ningún momento de que se hiciesen bien. Colocaron los andamios de cualquier manera y sin protecciones, así que los cascotes estuvieron cayendo a la calle y contra la casa; echaron gasoil con una sulfatadora al poliexpan para quemarlo, quisieron entrar con las herramientas y la maquinaria por dentro del edificio, se cayó el alero... Un auténtico desastre. El problema es que no conseguimos zanjar esto de una vez y seguimos sufriendo las consecuencias. Queremos vivir tranquilos ya».

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