Los vecinos de A Moreira y sus aledaños, en Soutomaior, están disgustados con la repentina muerte de varios perros pertenecientes a habitantes del barrio y a cazadores como consecuencia de la ingesta de algún veneno que parece haber sido colocado en la zona del monte de A Peneda y el Monte Espiño.
Los hechos se produjeron en la última semana, explica un vecino, que indicó que un habitante del lugar y miembro de la sociedad de caza local fue el primero en denunciar. "Levou dous cans a adestrar nunha zona preparada para a actividade, pero localizaron un rastro dun xabarín e saíronse da área de adestramento. Vese que polo camiño de volta atoparon algo e o comeron, porque morreron alí mesmo ao lado do seu dono".
Los perros sufrieron un espasmo repentino y echaron espuma y sangraron por la boca. "En catro minutos morreran os dous", apuntó este vecino.
Ante la evidencia de que habían sido envenenados, el dueño se dirigió de inmediato al puesto de la Guardia Civil de Soutomaior, en donde presentó una denuncia. Para ello, hubo de ir a un veterinario que aportase una autopsia de los animales. El informe del veterinario apuntó que los dos canes fallecieron "por un shock provocado por la ingesta de una sustancia compatible con un veneno". Saber en concreto de qué sustancia se trata requeriría un análisis en un laboratorio de Lugo que cuesta 800 euros, pero los afectados entienden que este primer informe veterinario es más que suficiente para que se inicien las investigaciones de la Guardia Civil.
Otro vecino se encontró con el mismo problema al llevar a sus perros al monte y perecieron los dos, por lo que se personó en el puesto de mando para informar de lo que le había ocurrido en una zona próxima a la denunciada por el dueño de los primeros animales.
GOTEO. El goteo de víctimas caninas se ha sucedido en los últimos días e incluso otra persona de la zona consiguió salvar a una perra, a la que encontró agonizando tras haber ingerido la misma sustancia.
El envenenamiento afecta a todo tipo de perros, pero especialmente a los de caza, como el caso de los de la imagen, dos ejemplares cruzados de grifón y podenco que pertenecían aun grupo de caza mayor del coto existente en la zona.
Casualmente, el monte en donde se produjeron las muertes se corresponde con un área de regeneración de caza menor en la que hay biotopos de conejos. Algunos vecinos creen que el veneno puede estar en ese entorno para proteger esta actuación de repoblación.
