La fecha del 6 de octubre de 2008 es posible que no signifique nada en la vida de una vilagarciana de 38 años cuya identidad responde a las iniciales S.F.S., porque cabe la posibilidad de que haya perdido la cuenta de sus fechorías, pero ese día se produjo su detención número 50. El motivo es siempre el mismo: delitos contra el patrimonio. Su radio de acción se extiende entre Vilagarcía y Pontevedra, y la mecánica se repite: llama a la puerta de un domicilio, solicita usar el teléfono apelando a alguna circunstancia urgente y aprovecha los descuidos para llevarse lo que encuentra por delante; habitualmente, pequeñas sumas de dinero. El último episodio se registró el 4 de este mes, y la víctima denunció en la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Vilagarcía que había abierto la puerta a una desconocida que le pidió usar el teléfono indicándole que su madre había sufrido una trombosis. Para despistarla, solicitó un bolígrafo y 20 euros para pagar el taxi. En algún momento que la víctima no pudo precisar, S.F.S. se apropió de una caja donde guardaba el dinero de su pensión, cuyo importe no fue precisado, y un cartón de tabaco. Los agentes enseguida se percataron de cuál era la identidad de la ladrona y le bastaron dos días para arrestarla y ponerla a disposición judicial. Poco después, quedó en libertad. La Policía advierte de que ante cualquier sospecha llamen a la Comisaría.
