Agentes adscritos a la Unidad de Fugitivos de la Comisaría General de la Policía Nacional, con sede en Madrid, detuvieron en las últimas horas a M.A.D.A., que permanecía prófugo después de haber sido condenado a 23 años de cárcel por su participación, como sicario, en el asesinato de Alfonso Díaz Moñux, letrado y expareja de la cambadesa Tania Varela (que a día de hoy permanece fugada de la Justicia y en la lista de las personas más buscadas del planeta). El homicidio tuvo gran repercusión y la Policía lo considera el último gran crimen relacionado con el narcotráfico de las Rías Baixas. De hecho, una de las acusaciones puso sobre la mesa durante la vista oral que detrás del crimen se encontraba David Pérez Lago, hijastro de Laureano Oubiña, conocido narcotraficante y excompañero sentimental de la citada Varela. El abogado de aquella acusación indicó que Díaz Moñux recibió amenazas por parte de Pérez Lago, que por entonces se hallaba en prisión por su participación en el intento de introducción en Galicia de un gran alijo de cocaína.
Durante el juicio, una de las acusaciones puso sobre la mesa que detrás del crimen se encontraba el hijastro de Laureano Oubiña
Sin embargo, en la vista oral no se sentaron en el banquillo las personas que, según las fuerzas de seguridad, ordenaron aquel crimen (que no pudieron ser identificadas). «Los acusados se reunieron para cumplir el encargo de matar a una persona por dinero. Es un asesinato con la agravante de precio y recompensa. Ese delito no solo se imputa a quien materialmente dispara, sino a todos los que participan», explicó uno de los abogados en la vista.
El ahora detenido logró huir después de que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) anulase el dictamen de instancia. Posteriormente, tras la detención de otro de los participantes en el crimen, los investigadores lograron averiguar el paredero de M.A.D.A. Las pesquisas realizadas le situaron en Brasil, país en el que había contraído matrimonio y donde residía con una identidad brasileña usurpada. De hecho, el fugitivo se encontraba trabajando como vigilante de seguridad privada llevando una vida totalmente normal.
Las crónicas de la época señalaban a Tania Varela en el centro de un triángulo amoroso, pues después de haber sido novia del hijastro de Oubiña pasó a relacionarse con el abogado de éste, la víctima del último crimen relacionado con el narcotráfico en Galicia.
