Dime cómo ves y te diré qué animal eres

El león, el gibón o el caracol son algunos de los ojos mejor preparados de la natrualeza
Mirada de un cachorro de león
photo_camera Mirada de un cachorro de león

La agudeza visual del león, la precisión del gibón, la perfección del camarón mantis o la simpleza del caracol común son algunos ejemplos recogidos en el libro Ojos. Animales extraordinarios, que demuestra que la mejor visión es la que permite sobrevivir de una forma eficiente en cada hábitat.

"La evolución durante millones de años ha propiciado que el sentido de la vista de cada animal se adapte dentro de su ecosistema" y, por ejemplo, el león es un cazador nocturno que "ve muy bien durante la noche, pero cuando llega el día aprecia peor los colores", ha asegurado a Efe el autor del libro, Xulio Gutiérrez.

El gibón, un pequeño primate de la familia de los homínidos que habita en el dosel arbóreo, tiene que calcular con exactitud las distancias entre las ramas porque un fallo en un salto de diez metros "le puede acarrear la muerte".

"Sólo aquellos que cuentan con una visión muy precisa para deducir el espacio existente en cada uno de los brincos pueden sobrevivir", ha señalado Gutiérrez, quien afirma que para esta especie también es "muy importante" reconocer las tonalidades de las frutas para saber cuáles están maduras, así como para distinguir las comestibles de las venenosas.

El camarón mantis, un crustáceo emparentado con la gamba y la cigala, reside escondido entre algas y piedras en el fondo del mar, donde existe "una iluminación muy intensa y aparecen una gran cantidad de reflejos a poca profundidad".

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