A un partido del pleno en la Liga

"El play-off es un mundo totalmente diferente"

El portero granate recuerda sus cuatro promociones anteriores con el Pontevedra y el Deportivo B
Edu Sousa saltando a por un balón durante el entrenamiento del Pontevedra del pasado lunes
photo_camera Edu Sousa saltando a por un balón durante el entrenamiento del Pontevedra del pasado lunes

Las escenas de Edu Sousa explotando de júbilo con cada logro del Pontevedra, rodeado de la afición granate, se han convertido en uno de los símbolos del éxito contemporáneo del club. Cada clasificación para la promoción, cada título de liga, cada ascenso, cada batalla vencida tienen una postal en la que el portero tudense saca a relucir toda su euforia.

"Se me pone la piel de gallina cuando lo pienso", explica el arquero al recordar todos esos grandes momentos que ha vivido en el fútbol, todas las recompensas a su intachable compromiso con su trabajo. "Me gusta ser profesional en todos los aspectos. Creo que la seriedad y el orden son muy buenos. Cuando cumples tan a rajatabla la disciplina y consigues el éxito, ves que todo lo que hiciste mereció la pena: esas cenas y comidas que has sacrificado han sido compensadas. Es en ese momento cuando dejo salir todo lo que hay dentro de mí. Soy muy pasional y vivo esto con mucho sentimiento: el Pontevedra me hace sentirme así. Por eso siempre se verán imágenes como esa", relata, al mismo tiempo que advierte de que no piensa cambiar su forma de actuar y ver las cosas.

Su quinta promoción

Sousa afronta su quinta fase de ascenso. Hasta ahora lleva dos con el Deportivo B y dos con el Pontevedra. Y sabe que los adversarios siempre oponen resistencia y generan complicaciones. Y el Murcia, asegura, no será una excepción. "Será supercomplicado, pero diría lo mismo de cualquier otro rival. Si quedas segundo en la liga regular, quiere decir que has hecho las cosas tan bien que solo ha habido un equipo mejor que tú. Será uno de esos duros contrarios. Su segunda vuelta habla por sí sola. Llevan mucho sin perder".

La Nueva Condomina promete ser una olla a presión para recibir al Pontevedra dentro de once días. Al contrario de lo que se puede pensar, los futbolistas granates están encantados con actuar en un campo con semejante aroma a profesionalismo. "Me gusta el fútbol. Me gusta entrenar, jugar y disfrutar del ambiente de este deporte. Nos ha tocado un estadio en el que cabe un montón de gente. Esperamos que se vea un gran espectáculo, que para eso están estas competiciones", expresa uno de los buques insignias del vestuario de Pasarón, que admite que la promoción es una recompensa para el PCF, atendiendo a las expectativas del club al comienzo del campeonato. En el Real Murcia, en cambio, se intuye un grado mayor de exigencia.

Cuando perdimos en Puertollano, el viaje de vuelta fue horroroso: me prometí volver a jugar una fase y ascender"



"Para nosotros es un premio, nos tocase quien nos tocase. ¿Para el Murcia, ¿presión? Es una pregunta que les corresponde responder a ellos. A priori es un equipo hecho para cotas mayores. Nosotros sabemos cuál es nuestro objetivo y nuestra prioridad, disfrutar y jugar con la ilusión que nos ha traído hasta aquí y ser nosotros mismos".

En base a su experiencia, Edu sabe que no hay una forma definida de superar una promoción, aunque es consciente de qué es imprescindible para no tener la seguridad de perderla. "Es un play-off, hay que pasar tres eliminatorias y el formato es siempre el mismo. Tenemos que ir poco a poco. La ilusión con la que nos plantamos en cada eliminatoria tiene que ser la misma que en 2015", relata.

Ascenso con el Deportivo B

Los antecedentes conducen a Edu a intensas fases de ascenso. Vivió dos saltos de categoría y se quedó a las puertas en otras dos ocasiones. Su primer gran momento fue el ascenso con el Deportivo B ante el Burgos. Entonces era suplente del arquero al que se enfrentará el próximo domingo, Diego Rivas. "Yo era juvenil y debido a las lesiones de otros compañeros me tocó subir al Deportivo B. Nos enfrentamos en la ronda de primeros de grupo al Burgos, en el que jugaba Jacobo Trigo".

La eliminatoria estuvo plagada de suspense. Los protagonistas la recuerdan con muchas ocasiones, sobre todo en el enfrentamiento de vuelta, en el que el Fabril pudo golear en su feudo. "Empatamos a 0 en El Plantío. Trigo me recuerda a veces, a modo de broma, que merecieron ganar. Yo tengo un recuerdo un poco vago de aquel encuentro".

Coincidió con Diego Rivas, arquero del Murcia, en su ascenso con el filial coruñés



En la vuelta cambió el panorama. "En Riazor, con la Tribuna llena, tanto arriba como abajo, les metimos un meneo de cuidado. Pero el partido y la prórroga acabaron 0-0. Y nos fuimos a los penaltis".

Entonces emergió la figura de Diego Rivas para dar el ascenso al filial coruñés. "Fue el héroe y conseguimos ascender a Segunda B ganando esa tanda de penaltis".

Puertollano, mal rival

En aquella ocasión, el Fabril tenía la obligación de ascender, algo que no se respiraba en el Pontevedra de la campaña 2013-14, en la que el equipo rozó el salto de categoría.

"Fueron tres meses de una pasión e intensidad brutales. Tanto en la Liga como en el play-off tuvimos los sentimientos a flor de piel. Recuerdo que teníamos la opción de quedar primeros a falta de dos jornadas y para ello debíamos ganar al Somozas por más de un gol. Vencimos por 2-0 y nos pusimos como líderes en la penúltima jornada. Nos jugamos el título ante el Dorneda. Pero al final empatamos en Oleiros y nos metimos en la promoción como cuartos empatados a puntos con el quinto. Fue un mes y medio final de liga brutal".

El Pontevedra, a las órdenes de Manu Fernández, estaba bajo de moral y el sorteo le deparó un duro adversario en la primera de las tres eliminatorias que debía superar. Sin embargo, fue pasando rondas semana a semana. "Llegamos a los cruces un poco apagados, al clasificarnos como cuartos pudiendo ser campeones, pero eliminamos al Portugalete, que era un segundo clasificado del grupo vasco y era muy fuerte y nos crecimos".

Después llegó el Atlético Granadilla canario, un campeón que accedió a la repesca. "En el primer partido de la segunda eliminatoria, en casa, ganamos 3-0. Pasamos y nos plantamos en la final".

Y entonces el límite de exigencia superó al PCF. "Nos tocó un equipazo como el Puertollano. Nos ganó en Pasarón con solvencia y en el segundo partido planteó un encuentro muy trabado y fue imposible hacer gol. Me quedó una pena terrible. El viaje de vuelta fue horroroso. Me prometí volver a jugar una fase y ascender, porque no me gustó nada aquella impresión".

Del Mensajero al Haro

El portero del conjunto de la ciudad del Lérez cumplió su promesa doce meses después. "Al año siguiente teníamos la sensación de obligación, al haber sido primeros de grupo. Teníamos que ascender", y lo lograron.

Pero fue necesario un doble esfuerzo, tras la derrota contra el Mensajero en Pasarón, en la tanda de penaltis de la eliminatoria de campeones de grupo que cerró un partido en el que el colegiado se vio sobrepasado por las tretas y constantes pérdidas de tiempo del bloque de La Palma. "El fútbol es caprichoso, muy perro, como dice el míster: siendo primeros, teníamos todo de cara para ascender. Jugamos la vuelta en Pasarón ante 12.000 personas. Algo inmejorable. Y vas y no asciendes a la primera".

En aquel momento, a Edu "se me aparecieron los fantasmas del año anterior".

Pero el PCF siguió avanzando, superó al Manzanares primero y por fin al Haro. "Pasamos a la segunda eliminatoria, nos plantamos de nuevo en la tercera y, sin haber ganado un encuentro fuera ni haber marcado un gol a domicilio, ascendimos".

El portero del Pontevedra sabe que nada garantiza el ascenso, pero también que para lograrlo son imprescindibles varios ingredientes. "Hay que ser fuerte mentalmente, saber jugar nuestras cartas y creer en lo que se hace".

El guardameta de Tui sabe que las eliminatorias no tienen nada que ver con la Liga: "El play-off es un mundo diferente".

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