El agua pudo con San Miguel, pero no con la Danza das Espadas

Lois González Dopazo se mostró muy duro con la "pseudofesta de San Migheleiro, un botellón que non trae máis que borracheiras e suciedade a Marín"

El arcángel San Miguel dedicó este domingo su día grande en la villa marinense a frenar las alertas por sequía que sufre la provincia. En cuanto salió de la fachada del Templo Nuevo, donde tuvo lugar la misa en su honor cantada por el Coro Thalassa, empezó a llover. San Miguel tuvo que quedarse resguardado del agua y no pudo salir en procesión, algo que no impidió que los danzantes, con sus ropajes blancos y sus fajines -rojos para ellos, azules para ellas-, interpretasen la Danza das Espadas, una de las tradiciones populares de Marín más arraigada y querida.

La jornada, sin embargo, amaneció con los cielos sin cubrir. El Salón de Plenos del Concello era, a las 11.00 horas, un hervidero de gente. Las autoridades, entre las que se encontraban, además de la alcaldesa María Ramallo y el resto de representantes de la Corporación; la directora de Turismo de Galicia, Nava Castro, y los deputados Javier Dios y Chelo Besada, presidieron el acto de entrega de distinciones y medallas a los nuevos cofrades, junto con el presidente del Padroado de San Miguel, Lois González Dopazo.

En su intervención, el presidente se mostró muy duro con la "pseudofesta de San Migheleiro, un botellón que se extende por todo Marín e que non trae máis que borracheiras e suciedade", y exigió al Concello la prohibición de que se celebre "na véspera de San Miguel". Este año tendrá lugar el próximo sábado. Por su parte, la alcaldesa incidió en la obligación que tiene tanto el poder político como la sociedad marinense de "protexer, coidar e difundir a festividade do San Miguel". "É o momento de transmitir a nosa historia, as nosas raíces", declaró.

Una vez terminado el acto en el Consistorio, autoridades, danzantes y vecinos asistieron a la celebración de la misa solemne, que dio comienzo a las 12.00 horas en el Templo Nuevo. Paralelamente, en el poliderportivo del IES Illa de Tambo, las palilleiras hacían sonar sus bolillos. Este encuentro, organizado por Bolymar, volvió a ser un éxito de participación y sirvió como escaparate de los mejores encajes artesanales de Galicia.

Aunque estaba previsto que a partir de las 13.00 horas se iniciase la procesión, el mal tiempo obligó a que las tres danzas que, en un primer momento, se iban a bailar en diferentes puntos de la villa, se interpretasen frente a la Iglesia. Los danzantes, a pesar de la lluvia, cumplieron con la tradición y rindieron culto a un santo que solo salió a tomar el aire, pero que trajo consigo el milagro del agua.

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