El alcalde de Vilanova de Arousa defiende su inocencia en el juicio por la muerte de una nieta de Charlín

El alcalde de Vilanova de Arousa, Gonzalo Durán, defendió esta mañana su inocencia en el juicio iniciado hoy en el Juzgado de lo Penal número 1 de Pontevedra, y en el que está acusado de un delito de homicidio por imprudencia y de un delito de lesiones, junto a cuatro trabajadores de una obra en construcción de la que hace ocho años se desprendió una grúa acabando con la vida de José Fernández Loureiro, y de Aldara Somoza Charlín, una niña de nueve años, nieta del narcotraficante Manuel Charlín, que en ese momento pasaba por allí.

Aunque Gonzalo Durán no está imputado por estos hechos por la Fiscalía, se tuvo que sentar en el banquillo de los acusados debido a la acusación particular, que entiende que tanto el regidor como los otros cuatro imputados, responsables y trabajadores de la obra "eran conocedores de la situación irregular en la que se encontraba la grúa y ninguno de ellos, en función de de sus cargos y responsabilidades, tomó ninguna medida para evitar tan triste final".

Por todo ello, el alcalde de Vilanova, que además está acusado de prevaricación, señaló que afronta el juicio con "tranquilidad y resignación", convencido de que este procesamiento en consecuencia de una actitud de "inquina" contra él que, aseguró, "no tiene nada que ver con el suceso".

La acusación particular sostiene que aquella jornada la grúa debía tener la veleta suelta porque había en la zona un fuerte temporal, y en cambio la tenía fija tal como admitió el responsable de la obra que se ocupaba de manejar la grúa, Juan José Mariño, que en el juicio reconoció que la grúa estaba averiada pero en cambio respecto al tiempo aseguró que no apreció ningún temporal solo "había brisa y llovía pero no era nada excepcional".

El hermano de la niña fallecida, Carlos Somoza Charlín, que junto otros familiares de Aldara acudieron al juicio mostrando fotografías de la niña y carteles reivindicativos en los que reclamaban justicia y expresaban su malestar por la tibieza del Fiscal al solicitar condenas para los procesados, mostró su convencimiento de que "la muerte de dos personas pudo haberse evitado si al comprobar que la grúa se tambaleaba se hubiera acordonado la zona".

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