El AVE, para el 2014 o 2015

En los años 90, a los ministros Borrell (PSOE) y Salgado (PP) se les apareció el puerto de Pedrafita. Ambos se escudaron en las 'dificultades orográficas' para incumplir los plazos de ciencia ficción incluidos en el convenio de Fraga y el ministro Cosculluela de 1991 para que las autovías de la meseta estuvieran terminadas en 1995. Finalmente, las remataron en 2001.

Al ministro gallego de Fomento José Blanco no se le podía aparecer A Canda y O Padornelo para justificar el retraso en la construcción del AVE de Ourense. Hábilmente, Blanco encontró una solución a través de la necesaria, y ya en marcha, modificación de los proyectos. Éstos, heredados de los tiempos de Álvarez Cascos y Magdalena Álvarez, no se ajustaban a los requerimientos de la alta velocidad ferroviaria. Se le llamaba AVE pero no lo era.

En esa línea, el ministro sostiene que es mucho mejor esperar un poco para hacer las cosas bien, que, por tener mucha prisa, dejar a Galicia con un AVE de segunda categoría. Sin embargo, en ningún caso se iban a cumplir los plazos. Y es que Blanco dice la verdad cuando afirma que todos sabían que el nuevo tren a Galicia no iba a entrar en servicio en 2012.

Lo sabían Blanco, Touriño, Magdalena Álvarez y Zapatero. También lo sabían Rajoy, Aznar, Fraga, Cascos y Feijóo cuando pregonaban las excelencias de esos folios llamados Plan Galicia. Y también lo sabían, y de hecho lo pusieron en su programa electoral, Quintana, Rodríguez y Jorquera cuando el BNG negociaba los presupuestos del Estado con el PSOE.

Con el AVE se reproduce el juego de las autovías. El PSOE y el PP intercambian sus posiciones según estén o no en el Gobierno de Madrid. La única novedad es que en los últimos años el BNG se ha incorporado al baile.

En unas semanas Blanco se reunirá con Feijóo y anunciará los nuevos plazos. En el PSOE señalan que la nueva frontera puede estar en el 2014 o el 2015. En el BNG desconfían del anuncio del ministro sobre la electrificación de la vieja vía de Ourense-Lubián, pues puede indicar un retraso todavía mayor.

Es posible que la Xunta y el Gobierno firmen un convenio para el AVE, como el de las autovías. Feijóo lo necesita para resolver el lío en el que le metieron sus promesas de campaña en Lugo. Y Blanco quiere incorporar al PP a la lógica de los nuevos plazos.

Pero el problema llegará cuando se empiece a trabajar en la alta montaña, pues la experiencia indica que en ella, aunque se llame A Canda o Pedrafita, el reloj siempre se para.

Al vengarse del ministro, Touriño le echa una mano a Feijóo
En el PSOE y el Ministerio de Fomento hay una gran indignación con Touriño por sus manifestaciones sobre el AVE, muy críticas con Blanco. En las palabras del ex presidente de la Xunta se percibe el ánimo de venganza con quien fue su gran rival interno de los últimos años. Touriño está en su derecho, pero le hace un favor al PP y transmite la sensación de no adaptarse a la situación derivada de la derrota electoral.

El PP va a por el 50% y PSOE y BNG, a resistir

En el BNG le están bastante agradecidos a Feijóo por la poca contundencia de sus ataques por la coalición con Esquerra Republicana. En el Bloque están muy molestos con ERC que el domingo pidió que la UE ordene a los estados limitar la solidaridad interna.

Sin embargo, según lo que trascendió de sus mítines de entre semana Feijóo se limitó a decir que ERC es un partido ''que non lle interesa Galicia nin sabe onde está''. De todos modos, antes de las autonómicas en el PSOE gallego también le estaban agradecidos a Feijóo porque consideraban que hacía una mala oposición y les acabó ganando.

La gran ventaja de Feijóo residía en que no generaba rechazo en el electorado, algo que no ocurre con Mayor Oreja. Por eso para el PP hubiera sido mucho mejor para las europeas un perfil nuevo como el de Cospedal. Así, el error del candidato puede reducir la hipotética victoria del PP o incluso impedirla.

Ahí está el problema de la política española actual. Zapatero negó la crisis, que ya es la mayor de la que se tenga memoria. Por eso, políticamente parecía casi muerto. Pero Rajoy no logra enterrarlo. Por tanto, la gran duda estriba en si ZP logrará resucitar.

En este contexto español, el PP aspira a volver a pasar del 50% de los votos en Galicia, algo que no sucede en europeas desde 1994 y en general, desde 2001. En las europeas del 2004 el PP obtuvo el 48%, frente al 36% y el 12%, respectivamente, de un PSOE y un BNG que ahora aspiran a mantener posiciones.

El declive socialista, la crisis económica y una cierta 'eurodecepción' reinante debían favorecer algo al BNG. Pero su situación de bloqueo interno, tras el fracaso en la Xunta, le aboca a tiempos de pura resistencia.

  • Campaña
    Del coche de Touriño al Falcon de ZP:
    La campaña que ha lanzado el PP contra el uso por Zapatero del avión militar Falcon para ir a un mitin de Sevilla recuerda a la que le hicieron a Touriño por gastar 480.000 euros en un coche blindado. La diferencia estriba en la respuesta del PSOE, que se ha apresurado a airear escándalos del PP.

    El espectáculo es muy poco edificante, pero parece más efectivo responder que hacer como Touriño, que se instaló en el 'y punto y no tengo nada más que decir' de Fraga y así le fue. Pero estos escándalos en plena crisis económica minan la credibilidad del sistema.
  • TVG
    La credibilidad de Feijóo, en juego:
    ''Por cousas como esta estamos na oposición'', reconoció en el Parlamento el socialista Lage Tuñas sobre los incumplimientos del PSOE en la TVG. Ahora, Feijóo se juega parte de su credibilidad en la televisión.

    En el nombramiento del director, Sánchez Izquierdo, no hubo al final consenso, aunque es bastante posible que sea cierto que el líder del PSOE diese en algún momento su consentimiento. Pero el consenso puede surgir en la práctica, si se cumplen las promesas de neutralidad y gestión profesional.
  • Municipales
    Dos años para definir los candidatos:
    Faltan dos años para las elecciones municipales, del 29 de mayo de 2011. Previsiblemente la izquierda perderá varias de las alcaldías que ocupa en todas las ciudades gallegas.

    Aritméticamente, Pontevedra, Ourense y Vigo son las que está más a tiro del PP, que por primera vez tiene posibilidades en A Coruña y también cuenta con opciones en Santiago, mientras sueña con recuperar Lugo. El PSOE parece blindado en Ferrol y se le ve fuerte en Ourense. En el resto, todo depende de si hay cambios de candidatos.

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