El blues más triste de la música española

Las cifras de venta de música del primer semestre del año han sido consideradas por Promusicae como ''uno de los blues más tristes del año''. En lo que va de año, el mercado de la música acumula una caída del 18,69 por ciento, pese a que el formato digital continúa creciendo y el streaming ha experimentado una subida del 303 por ciento.

Hasta el día de hoy, las ventas de música grabada en España alcanzan la cifra de 62,5 millones de euros, un 18,69 por ciento menos que el mismo periodo del ejercicio anterior y unos números ''aún más crueles'', señala Promusicae, si se comparan con los primeros años de la década, cuando el volumen de mercado rondaba los 250 millones de euros.

Del 'mercado de la música grabada en España' del que habla Promusicae, el peor parado es el mercado de los soportes físicos, cuya caída supera el 30,5 por ciento, ''sin llegar si quiera'' a los 40 millones de euros.

El mercado digital, sin embargo, continúa su tendencia alcista, con un crecimiento del 15,4 por ciento respecto al mismo período del ejercicio anterior. Promusicae lamenta este ''tímido'' dato comparado con el crecimiento del 30 por ciento del primer semestre de 2010.

Las ventas directas de canciones y álbumes online caen casi un 20 por ciento y las realizadas mediante servicios de telefonía móvil se reducen en más de un 52 por ciento, informa la entidad.

Especialmente espectacular es el crecimiento del 303 por ciento en los servicios de streaming ''tipo Spotify en su versión gratuita'', que ''se perfilan como el modelo preferido por los usuarios legales de Internet''.

El presidente de Promusicae, Antonio Guisasola, ha lamentado los datos, señalando que ''no estamos hablando de un cambio de modelo del mercado físico hacia el digital (...) Es simplemente, que los españoles se han acostumbrado a no pagar por acceder a la música, da igual el formato en que este se consuma''.

''La Ley Sinde llega tarde. En realidad algo peor: Aún no ha llegado. Cuando a principios de año nos congratulábamos por la aprobación de dicha ley, confiando en que esta supusiera al menos un tímido primer paso hacia el buen camino, dejábamos un margen a la esperanza. Seis meses después, la ley carece aún de reglamento y su puesta en vigor se retrasa al menos hasta final de año y entre tanto, la brecha con los países de nuestro entorno se ensancha y los hábitos ilegales se enraízan cada día mas'', plantea.

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