El botín de Botín

La foto del Consejo de la Competencia, Botín y los otros pobretones con Rajoy es como la de la Peña de la Boina el día de la xuntanza de A Lanzada. A la reunión, los descamisados llegaron en un Panda y en un Fiesta. Y sin guardaespaldas, porque las espaldas ya las tienen cubiertas con unos “aforriños”. Rajoy dio mimos Botín y Botín dio a Rajoy jabón. Podría ser de La Toja, que allí se casó Mariano. Pero no. El jabón de Botín a Rajoy consistió en decir que “lo estaba haciendo muy bien” (“sic”), que era lo que cantaba Alberto Comesaña con “Semen Up”: “/lo estás hasiendo (Alberto decía “hasiendo”) muy bien/ muy bien/ y mientras yo me consentro/ chúpala más adentro/”. Rajoy pidió a Botín que no se relajase, pero no se refería, obviamente, al escabroso y comprometedor contenido de la letra de Alberto Comesaña sino a que perseverase en la creación de empleo. Hubo otra foto esta semana, la del retrasado mental que se raptó unas niñas para venderlas como chotas marelas en un mercado de ganado de Bandeira. Me recordó al que hace el papel de payaso tonto en los circos, con la única diferencia de que si se le disparaba el AK-47 que portaba en la siniestra no quedan águilas en África. Al hilo de ese secuestro salieron los condolidos solidarios a decir chorradas tan eminentes como “los hombres de verdad no secuestran niñas”, que es algo parecido y tan fructífero como cuando nos reunimos con cara compungida delante de la Subdelegación a sentir mucho que un hijoputa se haya llevado por delante a una mujer. Yo propongo un lema más sugerente y educado, que apele a la conciencia y sensibilidad de los secuestradores: “A los hombres que secuestran niñas les vamos a cortar los huevos”. Pero volviendo al tema, a mí siempre me llamó mucho la atención que el principal banquero del país se apellidase Botín, que viene a ser el fruto de una rapiña. Es como si un cirujano se apellida Negligencia o el teniente coronel de la Cruz Roja del Mar Benito Soto. Rapiñas hay muchas y a veces nos fijamos en los banqueros y no reparamos en otros que amparados en una interpretación laxa de los reglamentos no acuden al parlamento arguyendo que en ese foro les faltan al respeto, o sea Beiras. (Beiras lamentándose de que lo maltratan es como Botín gritando “arriba el obrero, cerdos capitalistas”). Beiras todavía tiene pendiente para septiembre la asignatura de la renuncia a su soldada, hecho al que viene obligado porque tiene falta. A Beiras, como decíamos en el instituto cuando pasaban lista, “le jode venir”; lo decíamos para que el profe, mosqueado, inquiriese “¿Qué han dicho?”, a lo que respondíamos, ahora sí correctamente “dejó de venir”. A Beiras, al Parlamento, le jode venir. El mismo día que se quejó llamó analfabeto funcional a José Manuel Fernández Albariño. Conozco a José Manuel, al que las féminas viguesas elogiaban su juvenil belleza al gritillo de “Cholas, melenas, terror de las nenas”. Es un buen tío. Lo confirmó en rueda de prensa. Preguntado por el elogio de Beiras dijo que “no iba a hablar mal de quien había sido su profe”. Se conoce que Alvariño, más que de presi de la confederación de empresarios, quiere ejercer de discípulo de Gandhi. Como Pilar Rojo.

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