El botín del robo con butrones en la gasolinera de Curro superó los 10.000 €

El interior de las oficinas de una de las estaciones de servicio ‘gemelas’ en las que robaron. r. fariña
photo_camera El interior de las oficinas de una de las estaciones de servicio ‘gemelas’ en las que robaron. r. fariña

BARRO. Poco a poco van trascendiendo los detalles sobre el robo que padeció esta semana la gasolinera de Repsol que se ubica en los dos laterales de la carretera PO-541, entre Vilagarcía y Pontevedra, a la altura de Curro.

Así, desde un primer momento, las investigaciones apuntaron a que el delito perpetrado en la madrugada del miércoles había sido obra de profesionales, que, al menos, conocerían bien las instalaciones que atracaron.

El desencadenante de las sospechas no fue solo el método empleado por los ladrones: el butrón, sino también el acierto con el que estos practicaron su incursión en las instalaciones empresariales y vencieron las fuertes medidas de seguridad de las mismas.

Es más, la presencia de alarmas y cajas de caudales en las que se encontró la parte principal del botín no fue impedimento para que los ladrones completasen su actuación llevándose un cuantioso botín en efectivo, que se calcula que podría rondar los 10.000 euros.

Los asaltantes habrían practicado sendos agujeros en las paredes de los edificios de oficinas de las gasolineras ubicadas en los dos márgenes del vial sin que sonasen las alarmas de seguridad de las instalaciones. A mayores, los butrones se ubicaban en zonas de acceso franco a las cajas de caudales, lo que demuestra cierto conocimiento o intuición sobre la distribución interior del inmueble que delataría también la ‘profesionalidad’ o el nivel de estudio por parte de los autores del robo.

Además, para conseguir reunir los más de 10.000 euros en efectivo que se llevaron, los ladrones habrían forzado con éxito hasta tres cajas de caudales.

Al tratarse de instalaciones con tienda, los malhechores pudieron sentirse tentados de completar el botín con objetos de la misma o electrodomésticos y material de oficina como ordenadores o radiadores. Sin embargo, no lo hicieron, sin duda por la escasa rentabilidad de estos objetos en el mercado negro. Sin embargo, no despreciaron la Lotería que estaba a disposición del público en las instalaciones y se llevaron todos los boletos que estaban a su alcance. La cantidad de billetes no es poca, teniendo en cuenta que el precio de cada uno no suele superar los cinco euros. Se llevaron más de 600 euros en lotería.

En la gasolinera trabajan varios turnos de dos operarios (uno por estación de servicio) y las instalaciones se mantienen abiertas desde las 6.30 de la mañana hasta las 23.00 horas. Además, el vial es muy transitado, a pesar de lo cual nadie detectó actividad estraña en las instalaciones en el momento del robo.

Además de la cantidad en efectivo, el número de billetes de Lotería sustraídos superaría los 600 euros en el mercado

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