El cazador cazado

Intuíamos que la estrategia de acoso y derribo planificada por el señor Rajoy o por sus asesores contra el señor Zapatero podría tener el conocido ‘efecto rebote’. La espantada del presidente del Partido Popular en el debate parlamentario tiene difícil justificación. Ahora se dirán multitud de causas para justificar el abandono de las obligaciones parlamentarias del jefe de la oposición. Todas posibles, pero que dejan en mal lugar a un buen parlamentario como es el Mariano Rajoy. Me da la impresión de que se apunta un rebrote económico que desautorizará la campaña del PP, y necesitarán una nueva estrategia, para lo cual es necesario un periodo de silencio. Si lo que supongo es cierto, y Rajoy sigue siendo el jefe de la oposición, se producirán varios cambios en la estrategia electoral. Existen muchas cosas que limpiar en la organización popular, y tal vez sea necesaria la búsqueda de un nuevo estilo que pueda ilusionar a muchos ciudadanos, cosa que hasta ahora no se ha producido. La crisis y la campaña de descrédito orquestada por el PP contra el señor Rodríguez Zapatero, no ha conseguido consumirlo. Y es que en este partido, cuando se desaprovechan las ocasiones, normalmente se pierde la jugada. Y esta vez no se ha rematado al contrario. Creo que fue Klausevich quien afirmaba que para ganar una guerra era necesario no dejar heridos en el campo de batalla, que había que rematarlos, ya que el contrincante podría recuperarse y ganar la batalla. Otra hipótesis que se podría barajar en torno a estas acciones es que el cansancio se hubiera adueñado de Rajoy, produciéndole un estado depresivo que le ha arrastrado al aburrimiento al no conseguir sus objetivos, como era el separar a Zapatero de sus bases y sus barones. No sé quién ganó el debate, ni me importa, pues estoy en la tesitura de esta afirmación de Churchill: «sólo me fío de las encuestas que manipulo yo». Palabras a las que me atrevería añadir que no hay que fiarse «ni siquiera de las que nos son favorables», pues ya se sabe lo que ocurre en política con las encuestas, como definió perfectamente Jorge Luis Borges al decir que «la democracia es el abuso de las encuestas». Otra hipótesis es que se haya producido una ‘saturación’ entre los colegas del señor Rajoy y se haya generado un proceso de ansiedad porque no ven acercarse al ansiado poder político, ya que si la crisis se aleja, o se aminora —cosa probable—, lo tendrán más difícil para derrotar al PSOE. Como dice el refranero, «las situaciones las pintan pintas». Y continuando con los pensamientos de Rousseau donde defiende que «el alma se adecua insensiblemente a los objetos que la ocupan, y son las grandes ocasiones las que hacen a los grandes hombres», me atrevería a decir que sus colegas populares no perdonarán a Rajoy el no haber derrotado a su enemigo y haber abierto la puerta del ansiado triunfo. Tal vez podremos ver un nuevo caso de ‘cainismo político’ con el presidente del PP, y quizás no esté muy lejos el señor Aznar como inspirador vengativo. A esta derecha se le viene abajo su viejo sistema, y quieren estar en el proceso de cambio propiciado por el presidente Obama, para así boicotearlo desde dentro. Si la crisis es universal, lo es en todas las direcciones y, como siempre, a toda acción le corresponde una reacción que les puede hacer perder el control económico y financiero universal. Realmente esto es una ‘guerra’ que se puede enmarcar en la crisis global, una ‘guerra’ que puede llegar a producir muchísimas víctimas.

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