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El comercio local de Marín se resiente ante la falta de relevo generacional

Los establecimientos históricos se ven abocados a cerrar por la jubilación, mientras que los negocios de nueva creación apenas duran más de un año en funcionamiento
Uno de los establecimientos de Marín que cerrará sus puertas por jubilación una vez liquide su stock
photo_camera Uno de los establecimientos de Marín que cerrará sus puertas por jubilación una vez liquide su stock

Uno de los pilares económicos de la villa morracense comienza a notar los síntomas de la decadencia. El comercio local de Marín se encuentra en una encrucijada con dos variables que juegan en su contra: la falta de relevo generacional para aquellos establecimientos que llevan décadas funcionando y el escaso recorrido de los negocios que abren sus puertas. 

Hay diversas causas que generan la situación actual. Una de ellas es el polo de atracción que supone Pontevedra. La cercanía entre la villa y la capital de la provincia provoca que muchos negocios vean más rentable instalarse en Pontevedra, una tendencia que se extiende a la prestación de determinados servicios e infraestructuras, como los cines y los centros comerciales. 

Sin embargo, lo que indudablemente azotó al comercio local marinense fue la crisis, de la que todavía no ha sido capaz de recuperarse del todo. "Lo peor fue el ahogamiento por parte de las entidades financieras", explica Yonathan Carreira, gerente de la Asociación Centro Comercial Local Estrela de Marín. La gran mayoría de los establecimientos locales subsisten con una póliza de crédito que se renueva año a año, y "cuando fue la fusión de Caixanova, que copaba el 80% del mercado, se cerró el grifo a la financiación y muchos locales se quedaron sin póliza", lo que conllevó su cierre a pesar de llevar mucho tiempo funcionando a buen ritmo y siendo negocios solventes. 

La edad media del sector comercial se sitúa en los 53 años y recoger el testigo de negocios antiguos no atrae a los emprendedores

Estrela de Marín cuenta con 150 socios, un número "que se ha mantenido más o menos en el tiempo, porque aunque cierran negocios, abren otros que se asocian". Pero el problema reside en que los negocios de nueva creación "duran muy poco". Carreira detalla que ha tenido casos en la asociación de establecimientos "que han cerrado a los 7 u 8 meses" de levantar la verja por vez primera, aunque aclara que la horquilla habitual se sitúa "entre los 12 y los 14 meses". Para el gerente, el motivo principal que hay detrás de los cierres precoces es que "se abre un poco a la aventura, sin hacer un estudio de mercado previo, sin conocer la zona ni la competencia". 

JUBILACIONES. Sin embargo, Carreira apunta que "lo que más se echa en falta ahora es relevo generacional". La conclusión la sacó la Asociación tras realizar una encuesta con la que pretendían estudiar el sector comercial marinense y que arrojó el dato de que "la media de edad de los dependientes y propietarios de comercios es de 53 años". En estos momentos, hay dos casos, "una tienda de mujer y una joyería", de tiendas en liquidación por jubilación, y eso que "tienen su clientela fiel y trabajan con buen material". 

A la inminente llegada de la vejez se une el poco incentivo a que exista ese relevo generacional en los negocios. "Antes existía el Plan Remuda", una iniciativa de la Xunta por la cual se le daba una ayuda a fondo perdido a la persona que se jubilaba y otra prestación económica al que se quedaba con el negocio. Ahora, "por lo que nos dijo la Consellería de Economía la semana pasada", el plan volverá y lo hará "con cantidades más atractivas para ambas partes".

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