El Concello de Poio descarta reactivar el mercadillo de A Seca

La feria de Combarro, la única que se celebra en la villa, cuenta con más de una veintena de puestos
El mercadillo de Combarro se celebra cada martes en la Praza da Chousa
photo_camera El mercadillo de Combarro se celebra cada martes en la Praza da Chousa

El Concello de Poio no echa en falta el mercadillo de A Seca. Quince meses después de su clausura, la Administración municipal no se plantea reactivarlo. Así lo afirma el alcalde, Luciano Sobral, que destaca el buen funcionamiento del mercado ambulante que cada martes se celebra en la Praza da Chousa, en Combarro. Se trata de una de las feria que comenzó a desarrollarse hace varios años, mucho antes de que se ejecutase la renovación del emblemático espacio público. Actualmente acoge a más de una veintena de vendedores. "Están ocupadas 22 das 26 prazas ofertadas", señala el regidor del Bloque Nacionalista Galego, que considera "moi positiva" esta cifra, máxime teniendo en cuenta el contexto económico actual.

"É a feira máis antiga de Poio e, de momento, continúa a funcionar moi ben", enfatiza Luciano Sobral, que se muestra satisfecho con la actividad que registra cada martes. De momento, las ventas en los diferentes puestos de ropa, embutidos y productos artesanos atraen a numerosos compradores de forma habitual. El alcalde no descarta que, de cara a próximos años, se completen las plazas ofertadas al 100%, aunque descarta por completo una ampliación, ya que "o espazo non dá para moito máis. A única opción para aumentar a cantidade de postos sería reducir o seu tamaño". A diferencia de la desaparecida feria de A Seca, el mercadillo de Combarro ofrece una mayor variedad de productos. Además, al encontrarse a pocos metros del casco histórico de la parroquia, atrae a una gran cantidad de turistas y visitantes, especialmente durante el verano. "É un emprazamento privilexiado", reconoce el alcalde nacionalista, que recuerda que los puestos permanecen operativos desde las 9.00 horas.

LENTA AGONÍA. El cierre definitivo del mercadillo de A Seca no fue ninguna sorpresa. El Concello de Poio decidió poner punto y final a la actividad en febrero de 2015, debido a la falta de solicitudes para ocupar las plazas ofertadas para vendedores ambulantes. Casi medio año después, la demanda no se ha incrementado, de ahí que la Administración local no contemple la opción de reactivarlo.

La ‘jubilación’ de esta feria fue la crónica de una muerte anunciada. Y es que el descenso de puestos fue una lenta agonía. La estampa de su última etapa, en la que ni siquiera se llegaban a reunir una docena de vendedores, nada tiene que ver con sus inicios, cuando el Gobierno municipal llegó a tramitar más de un centenar de solicitudes, una cifra que es similar a la que alcanzan otros mercadillos de renombre de las Rías Baixas, como es el caso del de Sanxenxo, que se celebra los lunes y jueves en Baltar.

El gran bajón del mercadillo de A Seca, que se desarrollaba los sábados por la tarde, se produjo en 2011. A partir de ahí, su caída fue progresiva.

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