Siete millones de euros cuesta ejecutar el proyecto que el Concello de Sanxenxo remitió a la Consellería de Política Territorial, para mejorar la seguridad vial en la carretera PO-504, entre las poblaciones de Sanxenxo y Vilalonga, a su paso por la zona de A Vichona.
Son sólo cuatro kilómetros de carretera, pero plagados de hoteles y casas, con aceras muy estrechas y cierta complejidad y peligrosidad sobre todo en dos cruces donde confluyen varios accesos.
Frente a las cinco rotondas proyectadas por Política Territorial, el concello se limita a las dos sugeridas por los vecinos afectados, una de ellas la más complicada a la altura del Parladoiro, el nombre de un negocio de hostelería instalado en el bajo de una casa que habría que expropiar, lo que contribuye a encarecer la obra.
No obstante Catalina Gonzalez, justifica el gasto porque "es un proyecto ambicioso pensado para muchos años, y pensando también en la seguridad de los peatones", que según la alcaldesa es donde está una de las principales diferencias entre este proyecto municipal y el de la Xunta.
La alcaldesa de Sanxenxo insiste en que no es un proyecto cerrado, sino la base sobre la que debatir y aportar sugerencias, aunque con la premisa irrenunciable de que la reforme dé a esa carretera tratamiento de via urnaba, y "en ese caso, el concello no tendría inconveniente alguno en asumir su mantenimiento".
En relación al futuro de este proyecto, Catalina Gonzalez dice estar a la espera de una respuesta de Política Territorial, consellería con la que además tiene otro frente abierto en las obras de conversión en Autovía de la Vía Rápida de O Salnés.
Tras acatar el mandamiento judicial de no entorpecer las obras de desdoblamiento, el Concello seguirá pleiteando por conseguir que la Xunta contribuya a construir un enlace con el polígono industrial de Nantes, ya que en caso contrario se considera que causará un grave prejuicio para los empresarios y la viabilidad económica de las firmas que allí se instalen.