El Deportivo, incapaz de hacer un fortín de Riazor

El Deportivo, espeso y sin ideas, ha confirmado sus problemas en casa (0-0) ante el Mirandés, el tercer equipo que se ha llevado puntos esta temporada de Riazor en cuatro encuentros disputados.

Los blanquiazules solo han sido capaces de materializar una ocasión en lo que va de campaña delante de sus aficionados y la renta que consiguen a domicilio -nueve puntos-, se les escapa en casa, donde teóricamente deberían de ser fuertes.

Al Mirandés le bastó el orden táctico para sumar un punto. E incluso, le metió el miedo en el cuerpo a los coruñeses en los últimos minutos del partido.

En su obsesión por no encajar, el Deportivo y el Mirandés cerraron espacios en defensa y no consiguieron abrirlos en ataque en un primer tiempo aburrido, con demasiado juego en el centro del campo, poca profundidad, imprecisiones en el pase y muy poco trabajo para los porteros.

El fútbol plano se vio alterado únicamente por errores individuales como un despeje del polaco Wilk que el argentino Lux tuvo que desviar a saque de esquina o una cesión del Mirandés hacia su portero, Dani Jiménez, que se hizo un lío y a punto estuvo de aprovechar Borja Bastón.

Más allá de esas acciones aisladas, solo hubo un disparo a puerta en la primera mitad, a cargo del portugués Rudy, una de las novedades de la alineación del Deportivo, que probó al guardameta del Mirandés con un disparo centrado, sin complicaciones, a los 26 minutos.

El equipo coruñés estuvo espeso en su juego y su rival, no mucho más fino, trató buscarle la espalda con pases entre líneas hacia Mujika y Pablo Infante, pero los intentos no prosperaron.

Al descanso, el partido llegó equilibrado, con bostezos en la grada y enfado con el colegiado, que señaló el camino al vestuario justo a los 45 minutos sin permitir a los locales ejecutar un saque de esquina.

El encuentro ganó dinamismo en la reanudación y el Deportivo rozó el gol dos veces en cuestión de minutos, primero con una excepcional jugada de Rudy que Juan Carlos remató fuera cuando lo tenía todo a su favor, y, más tarde, con una falta que sacó el centrocampista coruñés, conectó Álex Bergantiños en el área y desvió al larguero Dani Jiménez.

Esas ocasiones motivaron al equipo de Fernando Vázquez, que ganó metros, pero el Mirandés resistió en su campo sin pasar demasiados apuros por la falta de ideas de los blanquiazules en tres cuartos de ataque y hasta pudo llevarse la victoria en los instantes finales.

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