El Deportivo lucha, quizás más de lo que esperaba, por una victoria 2-3 frente al Barcelona B

El Deportivo de la Coruña ha acabado sufriendo en el Miniestadi ante un Barcelona B "contestón" (2-3), que a punto estuvo de remontar una renta de tres tantos de los gallegos en el primer tiempo, uno de ellos un golazo del mexicano Andres Guardado desde el centro del campo.

Si bien los de José Luis Oltra sentaron cátedra con su veteranía en el arranque del encuentro, el filial culé sacó a relucir esa rebeldía impertinente que tanto se le supone a la juventud.

El Deportivo impuso un auténtico ritmo de Primera en el cuarto de hora inicial, demasiado aún para los "futuros Messi", como había advertido el cauto técnico deportivista.

La presión avanzada de los gallegos provocó constantes errores en la construcción azulgrana así como constantes y cada vez más comprometidas pérdidas de balón.

En una de esas, en un saque de esquina regalado en un fallo de entendimiento azulgrana, Valerón colocó un centro perfecto que Lassad, que remató a placer en el área chica (min.8). No fue una sorpresa pues, solo una jugada antes, el colegiado había anulado un gol al canario por fuera de juego, también a la salida de un córner.

Ante el máster avanzado que los de Oltra estaban exhibiendo, Eusebio movió ficha. Colocó a Femenía en la banda izquierda y a Espinosa como segunda punta, renunciando al flanco derecho. Al poblar el centro, el Barça halló esa posesión sin la que se ahoga.

Y cuando mejor estaban los catalanes, el oficio de los visitantes volvió a entrar en escena. Lassad aprovechó un afortunado rebote, tras una excelente jugada individual de Guardado (0-2, m.29) y, dos minutos después, el mismo Guardado se sacó de la manga el que será uno de los mejores tantos de la temporada (0-3).

Barcelona inspira al mexicano. Si hace una semana fue clave en la victoria de su selección ante Chile en un amistoso en la capital catalana, con un soberbio gol de falta, hoy esculpió una nueva obra de arte para enmarcar, con un gol desde el centro del campo que Miño, adelantado, no acertó finalmente a evitar.

Aun así, el cambio táctico emprendido por Eusebio dio sus frutos poco después. Montoya puso en jaque hasta en tres ocasiones al Depor, exprimiendo la autopista generada por el carril derecho. En una de ellas habilitó a Rodri, que gracias a un magnífico centro acortó distancias para los azulgranas (1-3, m.35).

Tras el descanso, la entrada de los incisivos Deulofeu y Cuenca sumaron verticalidad y llegada al Barcelona, aunque todo hacía prever que el Depor gestionaría su renta sin demasiados problemas.

Pero los novatos se alzaron y, volcados al ataque y tras una triple ocasión en una misma jugada en el área deportivista, pusieron el 2-3 mediante Rafinha (m.78). En un final infartante, Rodri rozó el empate en el tiempo añadido, pero no atinó a empalmar un centro, solo ante Aranzubía, lo que puso final a un auténtico partido de Primera.

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