El sector vitivinícola vive una época dorada, más aún cuando uno centra el objetivo en las Rías Baixas, que cosecha a cosecha van aumentando sus ventas y ganado adeptos a las virtudes del albariño. Diario de Pontevedra ha celebrado un café de redacción para conocer el presente y futuro del vino con agentes ligados a la marca pontevedresa y la directora xeral de Gandaría, Agricultura e Industrias Agroalimentarias, Belén do Campo.
El listado de deberes que señalan para las próximas campañas es amplio. No obstante, hay un reto en el que todos coinciden y es la necesidad de potenciar el enoturismo, sobre todo en el mercado nacional y gallego. Según dicen, es la forma más efectiva a la hora de fidelizar clientes a una marca y representa el canal de venta en el que se cosechan más beneficios. Las bodegas comercializan sus caldos de forma directa, sin intermediarios. "El mayor prestigio que puede tener una firma es que sea recomendada (por el ciudadano de a pie) y eso se consigue con el enoturismo, porque metes a los visitantes en tu casa, les cuentas los entresijos e incluso los haces partícipes de tu trabajo", señala el secretario general del Consello Regulador de la Denominación de Orixe Rías Baixas, Ramón Huidobro.
Buena parte de las bodegas de la zona han acondicionado sus instalaciones para catas y visitas enfocadas a este tipo de turismo. Aun así, la gerente de Mar de Frades, Paula Fandiño, está convencida de que "el enoturismo tiene mucho recorrido" y que cabe impulsar medidas hacia esta dirección. "La gente va a La Rioja a hacer un viaje de enoturismo. Sin embargo, a Galicia viene por muchos otros motivos, como la gastronomía y el paisaje, y la visita a la bodega se incorpora como un complemento".
Estudios
Actualmente los grados de Enología se cursan en Logroño, Badajoz, Valladolid, Cádiz, Córdoba y Tarragona
Consumo
La media estatal de consumo de vino está en los 16,5 litros por persona, frente a los 43 de Francia o Portugal
El enólogo de la bodega Lagar de Besada, David Ballesteros, subraya que la distancia juega en contra del enoturismo gallego, "porque, siguiendo el ejemplo de La Rioja, se trata de un destino que está a dos o tres horas de Francia o Madrid, y nosotros estamos en la otra punta". Por este motivo, todos abogan por empezar exprimiendo algo más las posibilidades de este nicho de negocio en la propia comunidad. "Hay mucha gente de Galicia que no sabe que se pueden visitar las bodegas, por eso lo primero que tenemos que hacer es decirle a los gallegos que existe esa posibilidad", apunta Huidobro.
La directora xeral comparte esta opinión, aunque discrepa a la hora de promocionar Galicia como un destino "focalizado" en la degustación de caldos. Así, considera que el enoturismo debe aprovechar el poder de atracción que también ejercen la gastronomía, las playas, el patrimonio histórico y el resto de 'tesoros' que conviven en el polo oeste de la Península. "Se pueden alimentar unos sectores de los otros", apostilla.
Por lo de pronto está en funcionamiento la Ruta do Viño Rías Baixas, que cuenta con 56 bodegas adscritas y que ya supera las 100.000 visitas al año.
FORMACIÓN. Otra de las tareas pendientes es la mejora de la formación y, en especial, de los idiomas. Las bodegas se topan con dificultades para contratar a responsables de ventas, economistas y otro tipo de profesionales con conocimientos en inglés, pese a que el mercado internacional evoluciona como evoluciona, al alza. Además, vuelven a poner sobre la mesa el debate sobre la conveniencia de implantar en Galicia un grado sobre enología.
Las universidades gallegas desecharon la opción hace unos años por la supuesta falta de demanda, pero vista la recuperación del sector, la propia directora xeral aboga por reconsiderar la propuesta. "Si detectamos que es necesario, se estudiará. Al igual que se ha hecho en otros grados, la Administración brindará su colaboración". En la actualidad existen varios centros universitarios en España que ofertan grados en Enología, sitos en Badajoz, Logroño, Córdoba, Cádiz, Valladolid y Tarragona.
Otro de los retos señalados por la directora xeral tiene que ver con la necesidad de fomentar el consumo de vino. Según precisan las bodegas, ahora mismo la media estatal es de 16,5 litros por persona al año, un índice mucho menor al de hace unos años y que se aleja de los 43 litros que se consumen en Francia o Portugal.
Do Campo abogó por trazar estrategias que eleven el porcentaje actual y que, entre otras cosas, consigan captar consumidores en las franjas de edad por debajo de los 50 años, en las que la cerveza sigue encabezando el ranking de bebidas alcohólicas más consumidas. Además, se mostró partidaria de desencasillar al vino como brebaje reservado para ocasiones especiales; si es necesario, mediante campañas que dejen claro que un consumo moderado es compatible con las políticas de hábitos saludables.
PULSO A TINTO. Por otro lado, continúa en la lista de objetivos la meta de ir ganando terreno a los caldos tintos con el fin de revertir esas estadísticas que dicen que en España se bebe un 70% de tinto y un 30% de blanco. Hasta la fecha, los territorios que están funcionando mejor son Madrid y Barcelona, "donde hemos crecido en los últimos años", y lugares de costa repartidos entre la cornisa cantábrica, Mallorca, Valencia, Málaga.
La Denominación de Origen Rueda sigue siendo líder en España en ventas de vino blanco de marca, aunque en este caso los agentes no la atisban como rival, sino como "aliada" para plantarle cara a la competencia de los vinos tintos y ganar seguidores para los caldos blancos.
