El escándalo de las tarjetas 'opacas' se cobra sus primeras 'víctimas' políticas

El escándalo destapado por el gasto de 15,25 millones de euros entre 1999 y 2012 por parte de la cúpula de Caja Madrid a través de tarjetas de crédito opacas empieza a cobrarse sus primeiras vícitmas políticas.

Mientras la investigación judicial da nuevos pasos, la ola de indignación generada y las críticas de los partidos políticos han obligado a adoptar medidas urgentes para frenar el impacto y poner en marcha el lavado de cara.

Poco después de anunciar el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, el cese del director general de Economía regional, Pablo Abejas, la presidenta de la Fundación Obra Social y Monte de Piedad Caja Madrid, Carmen Cafranga, ha remitido hoy a Efe un comunicado personal en el que anuncia su dimisión del cargo y se compromete a "hacer voluntariamente las reparaciones a las que hubiere lugar".

Según documentos a los que ha tenido acceso Efe, Carmen Cafranga, que dice tener la "firme convicción de haber actuado siempre con plena legalidad", habría sido beneficiaria del uso de tarjetas de crédito opacas con las que dispuso gastos por importe de 175.200 euros.

Fue el propio presidente madrileño, Ignacio González, quien la instó horas antes a abandonar el cargo, ya que al no ser de nombramiento directo, el Ejecutivo no la podía cesar.

Tras anunciar su renuncia, la expresidenta de la Fundación Caja Madrid recordó que "no existe respecto de mi persona ni de la Fundación imputación judicial de ningún tipo como tampoco existe acusación por esta cuestión de las tarjetas de empresa contra los Consejeros y cargos electos de Caja Madrid". Pese a todo, ha resaltado que "no obstante, con el fin de despejar toda sospecha de instrumentalización de la Fundación en mi favor, dejo la presidencia".

En la nota, Cafranga ha justificado el uso de las tarjetas de crédito y ha precisado que "el sistema de compensación a los consejeros de la desaparecida entidad financiera -Caja Madrid-, de la que es heredera la Fundación, está documentado y definido en sus órganos de gobierno desde los ya remotos tiempos de 1988". Además, ha detallado que esa costumbre "es un modelo generalizado en este tipo de entidades y en numerosas empresas y estaba sometido a los más rigurosos sistemas de control y fiscalización, tanto internos como del Banco de España y de los demás organismos supervisores y reguladores competentes".

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