El Fiscal amplía a 25 años la pena para los implicados en el atraco de A Cañiza

La segunda jornada del juicio contra los tres implicados en el atraco a una sucursal de Caixa Galicia en A Cañiza en 2010, en el que murió tiroteado un guardia civil, se saldó con la petición del fiscal de elevar la pena a los tres acusados hasta los 25 años y ocho meses de prisión.

Hasta ahora, el fiscal pedía la pena mayor solo para el supuesto pistolero pero no para sus cómplices, para quienes reclamaba únicamente cinco años, pero ha cambiado de criterio porque entiende que los tres "dominaban la acción y la intención no era solo robar sino cuantas consecuencias accesorias" fuesen necesarias.

La segunda sesión tuvo por eje la declaración del guardia civil Alfonso Riveiro, que acompañó aquel día al fallecido y que recordó cómo vivió el tiroteo.

Así, apuntó que a su llegada a la sucursal, en la que los atracadores se habían introducido a través de un butrón, éstos les estaban "esperando".

Riveiro señaló que en cuanto el atracador que portaba el arma, J.V.C., le vio, le encañonó "en todo momento" y disparó en primer lugar, tras lo que le apartó el arma con el brazo y después forcejeó con él.

"No sé si como llegué hasta él", dijo el agente, que explicó que tras devolver el primer disparo y alcanzar al atracador en la garganta, su propia arma se le encasquilló.

El superviviente relató que la acción fue muy rápida y el atracador apenas dudó antes de apretar el gatillo, pues si bien de entrada le dijo "déjame marchar y a ti no te pasa nada", también le abordó en todo momento sin dejarle "el tiempo suficiente para pensar o hablar".

En la reyerta el arma del ladrón disparó varios tiros, tres o cuatro de los cuales -los forenses dudan sobre el número exacto- impactaron en el flanco derecho del otro agente presente y le alcanzaron el hígado, un pulmón y el corazón, causándole la muerte.

El agente que sobrevivió también recibió un impacto en el cuello del que pudo recuperarse, pero que, según dijo, le ha impedido recuperar el nivel competitivo previo en la disciplina deportiva de remo, de la que es practicante.

Un vecino del lugar declaró como testigo y dijo recordar con claridad como desde su caso escuchó los disparos en dos secuencias, una de dos tiros y otra, uno o dos minutos después, de otras cinco detonaciones.

Los abogados de los encausados pidieron que se aplicasen las atenuantes de drogadicción para uno de los implicados y la de dilaciones indebidas para otro.

La esposa del agente fallecido, Eva María Hernández, declaró tras la sesión que no busca venganza sino "justicia" para sus hijos y para ella misma, a quien "han destrozado la vida".

En ese sentido se manifestó "contenta" por el cambio de criterio del fiscal y describió la frialdad de los acusados durante el juicio como algo que "esperaba" porque se trata a su entender de personas "sin escrúpulos ni conciencia".

Los hechos se produjeron en la madrugada del 17 de agosto de 2010, cuando los atracadores, según el texto de la acusación, fueron al inmueble anexo a la sucursal, donde habían hecho un butrón, con la intención amenazar a punta de pistola a los empleados que entraran en el turno de mañana para que los condujeran hasta la caja fuerte.

Comentarios