El fiscal se opone a exhumar el cadáver de un emigrante cuya fortuna reclaman sus nietas

El fiscal se opuso hoy a la exhumación del cadáver de José Benito Torres Bouza, el abuelo de tres mujeres que reclaman su herencia, entre tres y cuatro millones de euros, durante la vista oral celebrada en el Juzgado de Primera Instancia número 4 de Cambados.

El fiscal argumenta que la petición es extemporánea y tenía que haberse realizado en el momento en que conocieron la existencia de su abuelo.

Torres Bouza falleció en Argentina, donde está enterrado desde 1954, tras haberse casado con una ciudadana de aquel país, con quien no tuvo hijos. Había nacido en Paradela-Meis y mantuvo una relación con una mujer con la que tuvo un hijo, Nemesio.

Este último tuvo tres hijas que se apellidan Domínguez Arcos, y que han presentado una demanda solicitando que se legitime la relación con su abuelo para poder acceder a la herencia, que está cuantificada entre tres y cuatro millones de euros.

El abuelo de las demandantes, antes de emigrar a Argentina, ya era propietario de numerosos bienes, la mayoría fincas, pero en Sudamérica es donde logró incrementar considerablemente su patrimonio.

Durante la celebración del juicio, que duró casi cuatro horas, Fernando Osuna, abogado de las demandantes, expuso que, en contra de la tesis del fiscal, "las nietas tienen lo que se llama posesión de estado para reclamar en cualquier momento los apellidos de su abuelo".

Destacó que "en el Código Civil hay una laguna, al no contemplar la figura de los nietos, pero vinculando varios artículos se llega a esa conclusión".

Osuna presentó otro argumento, al indicar que la Constitución española, en el artículo 14, "deja muy claro que cualquier persona puede reclamar sus apellidos sin que se hable de plazos".

En la visita oral, los demandantes presentaron pruebas testificales, entre otras, la declaración de cinco testigos de Paradela-Meis.

Además, un detective hizo una detallada exposición, después de haberse entrevistado con dieciocho personas de la zona, que conocieron al emigrante y que tuvo un hijo extramatrimonial, que es el padre de las demandantes.

El juicio quedó visto para sentencia y la juez tiene que pronunciarse sobre los plazos, la legitimidad y, si procede, la exhumación para realizar la prueba del ADN.

Fernando Osuna ya adelantó que, de ser desfavorable, recurrirá la sentencia acogiéndose a los preceptos legales que se contemplan en la Constitución española.

Amparo Domínguez Arcos reside en Denia-Alicante y mantiene una relación fluida con sus otras dos hermanas, que viven en Ribadumia y Pontevedra.

"Me enteré de esto hace poco tiempo, mientras tomaba un café con una prima y una vecina. Me dijeron que mi padre y mi tía no eran hijos del mismo padre y que la herencia me correspondía a mí y a mis dos hermanas. Lo tomé a risa y les dije si estaban de cachondeo", explicó Amparo Domínguez, una de las nietas demandantes, aunque al llegar a casa una familiar les confirmó la historia.

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