Las islas Canarias, la costa del Mediterráneo y el Caribe, en el top ten de los destinos

El gasto medio: 2.500 € por familia

En Pontevedra las parejas con dos hijos invierten entre 2.000 y 3.000 euros en siete días de vacaciones con media pensión ► Las lunas de miel, las más caras
Una trabajadora y un cliente en Viajes Carrefour Pontevedra
photo_camera Una trabajadora y un cliente en Viajes Carrefour Pontevedra

Entre 2.000 y 3.000 euros. Esto lo que invierte de media una pareja pontevedresa con dos hijos en la contratación de una semana de vacaciones con media pensión. El promedio lo ofrece Viajes Carrefour Pontevedra, cuyos trabajadores precisan que el cómputo puede subir o quedarse por debajo en función de las necesidades de los clientes. El paquete de ocio más habitual incluye la estancia durante siete noches, pero también "hay quienes acortan la duración" para que el descanso no agote la cartera.

El gasto por pareja (sin hijos) oscila entre los 1.800 y los 2.200 euros en esta misma agencia. Eso sí, si los contratantes son recién casados que quieren celebrar su luna de miel, el gasto se dispara. Por norma general, en este caso los planes van dirigidos a destinos exóticos con alojamientos de lujo, lo que multiplica el presupuesto necesario. En Viajes Deza confirman que el gasto familiar destinado a vacaciones se aproxima a esas cantidades, entre 2.000 y 3.00 euros por familia con hijos.

La compañía Kelisto calcula que este verano el 58% de los españoles (26,9 millones de ciudadanos) saldrá de vacaciones durante unos días de relax. El gasto medio rondará los 1.651 euros por persona, un 12,46% menos (235 euros) que el año pasado, y para poder asumirlo, la entidad pronostica que 2.534.465 personas recurrirán a un producto de financiación.

En las agencias pontevedresas desconocen el porcentaje de clientes que utilizan el pago aplazado, ya que desconocen el modo asociado a cada tarjeta. Lo que sí han percibido es un repunte del uso de las tarjetas en el pago de los viajes. Esto se debe, fundamentalmente, a la Ley antifraude de 2012 que prohibió pagar en efectivo operaciones comerciales de más de 2.500 euros. Además, cabe tener en cuenta el temor del cliente a transitar por la calle con cantidades que, aun estando por debajo de ese valor, son considerables.

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