SILLEDA. José Fondevila se dedica a diario a tratar de reparar los daños que el día anterior provocó el jabalí -o manadas de ellos, aunque él siempre ve a uno solo- en sus fincas, ahora dedicadas a prado. El animal labra, literamente, las parcelas.
Tantos fueron los ataques del jabalí que sufrió en sus propiedades entre el año pasado y este que se cuentan por decenas. Por fin, ha decidido denunciar, aunque sin esperanza de que Medio Ambiente le indemnice unos daños cuya cuantía no sabría calcular. Lo que sí sabe es que en 2011 se quedó prácticamente sin cosecha de maíz, aún cuando, a modo de estrategia «xa lle sementei un pradiño máis pequeño para eles -los jabalíes-». Lo que ocurrió fue que los animales se comieron primero el maíz de peor calidad, que José sembró con la esperanza de que no acabasen con el bueno, y luego, como cuenta, «paparon todo o demais». Este ganadero de la parroquia silledense de Taboada, como otros muchos vecinos de la comarca de Deza (hay constancia de daños en Laro, Refoxos, en A Veiga de Lalín, en Rodeiro, en Agolada...), lo ha intentado todo para evitar que los jabalíes sigan destrozando su medio de vida. Como casi todos, ha vallado las fincas y le ha puesto un ‘pastor’ de descargas eléctricas. Dio lo mismo.
(Más información en nuestra edición impresa del sábado, 3 de marzo)
