José Ignacio García Ramos ha dejado de ser el jefe de Emergencias de Protección Civil de Marín. Es una decisión que venía planteándose desde hace un mes, pero que hizo oficial este miércoles al presentar en el Concello su baja formal de la agrupación.
Los motivos, según explica, son varios, pero se pueden resumir en "la falta de coordinación y de medios" que desde hace un tiempo está sufriendo el cuerpo de voluntarios y el "amiguismo" con el que trabaja la dirección. Esta forma de trabajar es consecuencia, en su opinión, de dos hechos fundamentales. Por un lado, de la delegación de responsabilidades del presidente en el vicepresidente "por motivos personales", que supuso una caída en la "gestión del equipo, porque desde que él tomó las riendas todo va mucho peor". Por otra parte, también se debe al incidente ocurrido en agosto del 2016, cuando uno de los voluntarios de Protección Civil fue detenido en un control de alcoholemia por conducir ebrio, con el vehículo oficial y el uniforme.
"Se trataba de un chico de servicios comunitarios que, después de cumplir el tiempo reglamentario que le mandaron participar, decidió inscribirse como voluntario", relata el ya exjefe de Emergencias, que alega haber avisado al vicepresidentre en varias ocasiones de que "le había visto conducir borracho antes" de que le pillasen. Finalmente, Protección Civil expulsó al infractor, pero, en opinión de García Ramos, "no se purgaron todas las responsabilidades, porque, aunque él hizo mal en coger el coche en ese estado, alguien le tuvo que autorizar".
García Ramos: "Sin material ni voluntarios, no podemos acudir a la emergencias, y el día que los Bomberos estén ocupados, a ver quién va a un incendio o similar"
García Ramos, que fue el único crítico con esta situación, denuncia ahora "haber sido apartado poco a poco de las labores de emergencia", debido a que "el vicepresidente era muy amigo de este chico y se tomó a mal la realidad que yo le comuniqué". La última vez que participó en una urgencia fue durante los temporales que asolaron la comarca en febrero.
FALTA DE MEDIOS. A todo esto se suma la "escasez de material2 con el que trabajan ahora los efectivos de Protección Civil. Desde el año pasado, la agrupación pasó de tener tres vehículos, uno de ellos equipado incluso con una motosierra y una motobomba, a tener uno. "Y ese sólo lo pueden conducir tres personas, aunque nadie nos ha explicado por qué", comenta García Ramos.
Considera que el Concello les "quitó apoyo desde que ocurrió lo de este compañero" y alega que, exceptuando la subvención de 3.000 euros que reciben anualmente, no tienen más aportaciones públicas. "De hecho, yo he tenido que utilizar mi coche en numerosas ocasiones", indica enseñando una autorización de Alcaldía conforme puede participar en operativos y realizar labores de emergencia con su turismo particular. También le afea al Concello el "no darte nunca las gracias aunque lleves mucho tiempo en esto". Tampoco está muy boyante la cartera de voluntarios. En lo que se refiere a personas en activo, García Ramos calcula que han pasado de ser "más de 20 a solo dos". Con su marcha ha quedado vacante la plaza de jefe de Emergencias, lo que provoca "una enorme falta de coordinación. No hay comunicación, ni reuniones", sentencia.
Ante esta coyuntura, García Ramos ha decidido bajarse del barco y advierte de que "sin material ni voluntarios, no podemos acudir a la emergencias, y el día que los Bomberos estén ocupados, a ver quién va a un incendio o similar".
