El juez pide a Bárcenas los documentos originales de la compraventa de cuadros

El juez Pablo Ruz ha requerido a Luis Bárcenas los contratos originales de la compraventa de cuadros que suscribió la pintora argentina Isabel Mackinley antes de decidir sobre la petición del extesorero del PP de someterla a una pericial caligráfica para comprobar que fue ella quién los firmó.

El juez adopta esta decisión en un auto, notificado el pasado miércoles y al que ha tenido acceso Efe, en respuesta a la petición de la defensa de Bárcenas de realizar una prueba caligráfica sobre las firmas de Mackinley, cursando para ello una comisión rogatoria a las autoridades judiciales argentinas para que allí recaben el correspondiente cuerpo de escritura de la pintora.

Ruz cree que el extesorero y su esposa intentaron "inducir a error" al juzgado aportando contratos de compraventa de cuadros que no reflejarían operaciones reales, ya que las fechas aparecen alteradas y figura una firma de la pintora que ésta dudó que fuera suya en su declaración como testigo, por lo que les imputó a ambos un delito de estafa procesal en grado de tentativa.

En la declaración que prestó ayer ante el juez antes de su ingreso en prisión, durante la que fue interrogado sobre esos contratos, Bárcenas dijo que Mackinley sufría "enajenación mental" y pidió a Ruz someterla a una pericial psiquiátrica, además de anunciar que la demandará por falso testimonio.

La mujer de Bárcenas, Rosalía Iglesias, presentó esos contratos a la Agencia Tributaria para declararlos, pero Hacienda cuestiona esos contratos y cree que con ellos el matrimonio defraudó 222.112,58 euros en el ejercicio de 2006 mediante "una ganancia de patrimonio no justificada" de 500.000 euros (el valor de los cuadros vendidos en los dos supuestos contratos ficticios de Mackinlay).

Por ello, antes de decidir si libra la comisión rogatoria a Argentina para someter a Mackinley a una prueba caligráfica, Ruz pide a los abogados de Bárcenas que aporten los originales de esos contratos que Rosalía Iglesias entregó ante la Agencia Tributaria.

A juicio de la defensa, los argumentos para imputar el delito de estafa procesal "no están suficientemente acreditados", ya que si bien es cierto que Mackinlay testificó que ella no recordaba haber intervenido en la firma de los dos contratos que la representación de Iglesias habría presentado en su momento ante la Agencia Tributaria, no es verdad que "haya negado categóricamente ser la autora" de esas firmas.

El juez motivó el ingreso en prisión de Bárcenas, además de en el riego de fuga y de destrucción de pruebas, en "la capacidad del imputado para acceder por sí o a través de terceros a las fuentes de prueba o para influir sobre otros imputados, testigos o peritos".

Entre esos testigos a los que el extesorero podría presionar , Ruz destacaba en su auto a Mackinley, cuyo testimonio ha desmontado en gran parte la justificación que siempre ha dado Bárcenas al origen de su fortuna en Suiza, que llegó a ser de 48,2 millones de euros.

El extesorero siempre ha mantenido que el dinero de sus cuentas procedía de la compraventa de cuadros, de negocios inmobiliarios y de sus acertadas inversiones en Bolsa.

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