Ahora mismo está con 12 Meses una campaña contra el acoso escolar. ¿En qué consiste este proyecto de Mediaset?
12 Meses es el proyecto de comunicación social que tiene Mediaset sobre el acoso. Nos pusimos a trabajar en ello a través de la música, a través de la canción para hacer un buen himno. Sobre todo, esto va dedicado a los testigos que los testigos son super importantes en el tema del acoso escolar. Han sido muchos meses en los que la campaña ha estado muy presente en las escuelas, institutos y colegios. Si durante todo el periodo de enero a junio han estado incidiendo con la canción y con todos esos valores de posicionarse con el compañero que lo esté pasando mal, aunque no sea tu compañero o amigo de clase, pues es algo muy positivo.
Va a estar en Lugo este lunes (18.30 en la Diputación) para dar un taller sobre teatro y también hablar del acoso. ¿Qué tal es la experiencia de trabajar directamente con los chavales?
Pues es muy positiva porque los chavales no dejan de ser el reflejo de la sociedad y de cómo actuamos los mayores. Cada cosa que hago con los chicos, ya sea talleres, charlas, reuniones aportan. Si me aportan mis hijos cómo no me van a aportar la cantidad de niños que voy encontrando en cada ciudad. Ellos tienden a decir la verdad y es muy bueno agarrarse a esa verdad para trabajar desde ahí.
Suele tener reivindicaciones para su barrio y apoya a los jóvenes. ¿Siente que ayudar es una parte de su trabajo?
Yo creo que poco a poco se ha convertido en mi condición. Desde el primer momento que aparezco con mis canciones con La Excepción, allí por el año 2000, pues ya tenían una reivindicación social las canciones. Hay muchísimos que hacen mucho más por reivindicar las necesidades de algún sector y son completamente anónimos. Dentro de lo que es mi profesión y mi carrera pues si puedo aportar, aporto. Es algo que muchas veces me sale solo.
¿Qué aspectos le preocupan del acoso como padre?
Me preocupa igual que a cualquier otro padre. Los niños cualquier mínimo gesto de desprecio o de burla lo hacen un mundo porque todavía no tienen su personalidad formada, todo eso preocupa, puede ser muy dañino. Yo tengo dos chicos, uno de siete y otro de once. Ellos me acompañan por la calle, entonces ven cómo me comunico y me relaciono con el resto de gente, asociaciones, de chicos sin problemas, chicos con problemas... Espero que todo eso lo absorban. Ahí estamos en la lucha de ser papás (risas).
"Imagina que te escriben de un lugar en Barcelona que tiene 200 chicos con discapacidad y llevan años contigo como bandera. Te haces más responsable"
¿Cómo fue el salto de músico a actor?
El salto fue bonito. A mí me ofrecieron hacer una película antes de El truco del manco, fue una comedia española con un elenco importante e iba a ser uno de los protagonistas. Decidí que no lo iba a hacer y creí que se había pasado mi tren. Nunca me había planteado interpretar y ponerme delante de una cámara. Otro director me planteó hacer lo que sería El truco del manco. Ese primer borrador de guion sí que me 'engoriló'. Dije que sí, cinco años de proyecto. Yo me iba preparando lo mío. El truco del manco fue un regalo de película y un regalo de los académicos con esos premios. En cuanto toqué el mundo del cine ya me quedé ahí.
Es usted uno de los artistas de España con diversidad funcional con más presencia y prestigio en los medios. ¿Hace falta más representación?
Claro que sí, que no sea yo solo. Se tienen que dar cuenta directores, guionistas y productoras de que la gente demanda cómo es el día a día. Discapacidad hay por todos los lados. Dejemos ya ese tabú. Entonces cuantos más personajes inunden la pantalla con alguna diversidad funcional haremos más cercano todavía el cine, las series... Hay un montón de personajes que se pueden crear a través de la dispacidad. Además no deja de ser una superación. Cuando ves las Paraolimpiadas te levantas prácticamente del sillón. La sociedad necesita esas historias y esas personas.
¿Cuál es la gran diferencia entre El Langui que empezó hace casi 20 años y el de ahora?
Todo el mundo cambia, primero partiendo de la agilidad, no tenía la misma agilidadad con 20 años que con 37. Te has vuelto, entre comillas, más profesional y mucho más popular. Cuando además de ser papá tienes una gente que te sigue y que lo que tú digas puede influirle para bien y para mal ya está todo más controlado. Imagina que te escriben de un lugar en Barcelona que tiene 200 chicos con discapacidad y llevan años contigo como bandera. Te haces más responsable. Todo lo que digas para ellos es importante. Tampoco me ha gustado sentirme muy atado, pero sí consciente de que lo que digas puede tener repercusión. No tanto por los medios, sino para los que te tienen como bandera que son muchos y no solo gente con diversidad funcional.
