El maquinista queda libre con cargos tras reconocer un despiste

Francisco José Garzón Amo, maquinista del Alvia accidentado en las inmediaciones de la estación de la capital gallega, ha reconocido ante Luis Aláez, titular del juzgado número tres de Santiago, que el tren superaba el doble de la velocidad permitida en la curva de A Grandeira, limitada a 80 km/h.

El conductor de ese convoy, al que se le imputan 79 delitos de homicidio y una pluralidad de delitos de lesiones, todos ellos cometidos por imprudencia profesional, según ha informado el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) en un comunicado de prensa, ha quedado la noche del domingo en libertad provisional sin fianza.

Han sido fijadas para él medidas cautelares tras admitir que la causa de este trágico siniestro, registrado la tarde noche del 24 de julio en el barrio de Angrois, ha sido una negligencia suya por un despiste.

Así, está obligado a comparecer con una periodicidad semanal ante el juzgado que se designe, y tiene prohibido salir del territorio nacional sin autorización judicial durante seis meses.

También se le ha intervenido de forma cautelar la licencia profesional para la conducción de ferrocarriles por igual plazo.

El TSXG ha señalado en esta nota que el paso a disposición judicial se produjo a las 19:00 horas del domingo y que en primer lugar se realizó en dependencias judiciales una diligencia relacionada con su teléfono móvil.

Fuentes próximas al caso han dicho a Efe que la Policía ha estado analizando el tráfico de llamadas de sus terminales, tanto del celular privado como del corporativo, para determinar en qué momentos del pasado 24 de julio los había utilizado, y si pudo hacer uso de ellos instantes antes del trágico suceso.

También han comentado las mismas fuentes que este mecánico, natural de Monforte de Lemos (Lugo), en las llamadas al servicio de incidencias 24 horas de Adif, sin conocer la dimensión del descarrilamiento del convoy, habría dicho: "Soy humano", "somos humanos", "espero que no haya muertos porque caerán sobre mi conciencia".

Son 79 los fallecidos confirmados. El último deceso se ha producido este domingo, el de una ciudadana estadounidense de origen puertorriqueño, Myrta Fariza, que estaba ingresada en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS).

En los distintos centros médicos continúan un total de 70 personas, de las que 22, según el último parte de la Consellería de Sanidad, se encuentran en estado crítico, entre ellas dos menores.

Garzón Amo ingresó tras el siniestro en el CHUS con un traumatismo torácico y no pidió allí asistencia psicológica. Estuvo custodiado por agentes y acompañado por su madre, que está enferma, y rechazó testificar ante la Policía, que en este centro médico le informó de que estaba detenido y le leyó sus derechos.

Las mismas fuentes consultadas por Efe han dicho que, tras acogerse desde la cama del hospital a su derecho a no declarar, estalló en sollozos y se interesó por el estado de los "pobres" viajeros.

Ese abatimiento se ha repetido en su "emotivo y desgarrador" testimonio ante el magistrado instructor, que se prolongó cerca de dos horas.

Garzón Amo, a quien en el interrogatorio judicial se le ha preguntado varias veces sobre el motivo por el que no llegó a frenar el tren, ha asumido toda la culpa del accidente que ha atribuido a una distracción, añaden las fuentes.

Ninguna de las partes personadas solicitó prisión para él al no apreciarse riesgo de fuga ni de destrucción de pruebas, y tampoco de reiteración delictiva.

El voluminoso atestado policial incluye varias declaraciones de testigos.

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