El sector metalúrgico de Galicia perdió durante el año 2012 casi 3.000 empleos, y cerró el pasado ejercicio con un balance de 57.475 puestos de trabajo, de los que la gran mayoría se concentran en las provincias de A Coruña y Pontevedra.
Así se refleja en el informe anual del sector elaborado por la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Galicia (Asime), presentado este jueves en Vigo por su secretario general adjunto, Enrique Mallón. En dicho informe también se pone de manifiesto que la industria metalúrgica gallega ha sufrido un descenso de más del 30 por ciento en su facturación en los últimos años.
Por sectores, todos han notado la crisis, con un descenso del 16 por ciento en la producción de automóviles --en 2012 se fabricaron 58.400 coches menos en la planta de PSA Peugeot Citroën--; el naval también ha perdido afiliados a la seguridad social y actualmente tiene un 25 por ciento menos de empleados que hace dos años, a lo que se suma que solo dos astilleros han logrado cerrar contratos en el pasado ejercicio.
Del mismo modo, la construcción ha seguido cayendo, aunque Mallón ha precisado que este sector "ya ha tocado fondo" y debe haber "una leve mejoría" a finales de 2013. Finalmente, los datos positivos los aportan las empresas que se han agrupado en torno al Consorcio Aeronáutico Gallego, una oportunidad de negocio todavía incipiente en Galicia, pero que está consiguiendo adentrarse en nuevos nichos de mercado.
El secretario general adjunto de Asime ha concluido que "se ha dado la espalda" a la industria, que ha sufrido en los últimos años un incremento importante de costes energéticos, retrasos en los pagos y cobro de IBI "tremendo", entre otros, lo que ha hecho que "se haya perdido conocimiento e ilusión de los empresarios".
NAVAL
Con respecto al sector naval, Enrique Mallón ha reconocido que su futuro depende, en gran medida, de la aplicación del nuevo sistema de tax lease, aunque "no es el único camino", al tiempo que ha mostrado su confianza en que el expediente abierto sobre el antiguo sistema se resuelva sin que se aplique la reatroactividad y las empresas no tengan que devolver las ayudas.
Además, ha señalado a las entidades financieras, ya que, pese a que en su día obtuvieron "pingües beneficios" de las operaciones en el sector naval, actualmente "no se nota su respaldo". Mallón ha pedido "signos de solidaridad" a los bancos, de forma individual o bien conjunta, para avalar los contratos que permitan a los astilleros volver a trabajar, por ejemplo, con la construcción de los floteles para Pemex.
En el caso concreto de Navantia, ha pedido a la dirección de la empresa "que se moje", ya que "no es cierto" que la construcción del dique flotante no se pueda acometer por problemas con la UE. "Hay limitaciones, pero se tienen que atacar desde los gobiernos", ha apuntado, al tiempo que ha animado a la empresa a buscar también carga de trabajo por otras vías, porque sería "una catástrofe" si se dejara hundir a Navantia.
Finalmente, Asime ha hecho varias propuestas para enderezar el rumbo del sector metalúrgico, y ha pedido que se apueste por la diversificación de mercados y productos, la aplicación "efectiva" de la legislación de lucha contra la morosidad, la reducción de costes sociales y logísticos, y la formación combinada con prácticas en las empresas.
