Laureano Oubiña obtiene el tercer grado a cambio de ayudar a desfavorecidos

La Audiencia Nacional ha accedido a conceder el tercer grado penitenciario al narcotraficante gallego Laureano Oubiña aunque ha ordenado que preste servicios sociales a personas desfavorecidas o con problemas de drogodependencia a efectos de obtener la libertad condicional.

Así lo ha acordado el juez de Vigilancia Penitenciaria, José Luis de Castro, en un auto en el que estima el recurso del preso de Vilagarcía de Arousa (Pontevedra) contra el acuerdo de Instituciones Penitenciarias por el que se le mantenía en segundo grado de tratamiento. El Ministerio Fiscal pidió desestimar la demanda del recluso.

El tercer grado se aplica a los internos que están capacitados para llevar un régimen de vida en semilibertad, atendiendo a criterios como su pasado criminal, su evolución en prisión, su historial familiar o el medio social al que retorne, entre otras cuestiones.

El juez De Castro insta a la Junta de Tratamiento de la cárcel de La Moraleja (Palencia) a señalar como ''regla de conducta'' la obligación de Oubiña de acudir a una organización de asistencia a personas desfavorecidas o con un problema de drogodependencia para continuar con ''el proceso de introspección personal y de la asunción del daño'' que causa el tráfico de drogas.

Ello supone asumir el ''valor de pleno respeto a los derechos humanos de los demás --victimas, familia y sociedad--, siendo el de la salud consustancial a la propia realidad del hombre, máxime cuando la droga en general ha producido la muerte o trastornos a la salud de los consumidores y enormes perjuicios morales y económicos a las familias que les apoyan en la voluntad de abandonar el consumo'', según añade el auto.

OUBIÑA SE HA MOSTRADO ARREPENTIDO

Entre los factores de adaptación que el juez ha tenido en cuenta para motivar su decisión, se encuentra el avanzado estado de cumplimiento de la condena por parte del narcotraficante gallego, el apoyo familiar con el que cuenta, o la existencia de una oferta laboral contrastada. Además, destaca la ''ausencia de adicciones'' y la ''no asunción de valores marginales o delincuenciales'' por parte de Oubiña.

En relación con la evolución del interno, el juez valora que Oubiña ha disfrutado de varios permisos de salida sin ninguna ''incidencia negativa'' cuando ya había superado ''en exceso'' las tres cuartas partes de la condena, ha asumido la responsabilidad del daño causado y ha mostrado su arrepentimiento.

Destaca que Laureano Oubiña, de 65 años de edad, ha manifestado no tener ningún inconveniente en colaborar en actividades dirigidas a la reinserción y reparación del daño provocado a la sociedad durante su clasificación en tercer grado y durante el periodo de libertad condicional.

Para el juez, el ''quid de la cuestión'' reside en saber ''qué hacer con aquellos internos condenados por delitos con la salud publica en los que más allá del cumplimiento de la condena la responsabilidad ante la sociedad se diluye al no existir víctimas concretas?''.

El magistrado estima que el reconocimiento del daño causado y el arrepentimiento supone ''un importante'' pero considera necesario que exista ''plus de actuaciones'' en el proceso resocializador de la condena, lo que obliga a imponer, a su juicio, unas reglas de conducta durante el tiempo de libertad condicional.

Laureano Oubiña lleva en prisión desde hace más de una década condenado por delitos de tráfico de drogas y su salida definitiva de la cárcel está fijada para julio de 2012.

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