El OIEA cree que se acerca ''un punto importante'' y decisivo de la negociación

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) se sumó hoy a la sucesión de gestos y declaraciones optimistas respecto a un posible acuerdo sobre el programa nuclear iraní, al asegurar que se acerca "un punto importante" en la víspera de una reunión que puede ser decisiva.

El director del OIEA, Yukiya Amano, partió hoy hacia Teherán para reunirse mañana con el jefe del programa atómico iraní, Ali Akbar Salehi, en un encuentro del que el responsable del organismo de la ONU espera sacar resultados provechosos. "Espero que la reunión rinda resultados concretos sobre cómo avanzar en la resolución de los asuntos pendientes, para asegurar que el programa nuclear de Irán tiene exclusivamente objetivos pacíficos", declaró el diplomático japonés Amano a la prensa en Viena antes de volar hacia Teherán.

La única visita de Amano a Irán desde que comenzó a dirigir el OIEA en 2009 fue en mayo de 2012 y terminó sin un acuerdo, como ha sucedido en todos los contactos que este Organismo y las autoridades de Teherán han mantenido en los últimos dos años.

Preguntado sobre por qué viaja a Teherán justo ahora, Amano recordó que las negociaciones se prolongan ya desde hace tiempo y que ha tenido varios encuentros de muy alto nivel desde que la elección en agosto del moderado Hasan Rohaní como presidente de Irán creara un nuevo ambiente de aparente entendimiento. "Estamos llegando a un punto muy importante" aseguró el máximo responsable de la agencia de la ONU que vela por el uso pacífico de la energía atómica.

El objetivo del OIEA es cerrar lo que ha definido como un "procedimiento estructurado", un programa de inspecciones y controles que solventen de una vez esos "asuntos pendientes" a los que se refirió hoy Amano, y que no significan otra cosa que aclarar si Irán trata de desarrollar o no un arma atómica.

Incluso más optimista que el OIEA se ha mostrado Irán. Su embajador ante el OIEA, Reza Najafi, aseguró ayer a medios de su país que espera llegar esta misma semana a un acuerdo.

La última vez que se vieron las caras, a finales de octubre en Viena, las dos partes reconocieron que se habían producido avances, tras presentar Irán propuestas y medidas concretas.

El propio Amano se refirió hoy a esas propuestas como un factor para "fortalecer la cooperación y el diálogo" y desde las que se quiere seguir avanzando.

El diplomático japonés quiso desvincular la reunión de mañana de los encuentros celebrados los últimos días en Ginebra entre Irán y el Grupo 5+1, compuesto por China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia más Alemania.

El responsable del OIEA insistió en que los dos procesos son independientes y no se condicionan mutuamente.

El encuentro de Ginebra, al que acudieron los ministros de Exteriores de todos los países, más la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, que los coordina, acabó sin acuerdo pero con optimismo. "Vinimos a Ginebra para cerrar diferencias y puedo decir sin exageración que no sólo lo hicimos, sino que logramos progresos significativos. No tengo duda, estamos más cerca (de un acuerdo)", llegó a decir el secretario de Estado de EE UU, John Kerry.

Irán ha marcado su "línea roja" de esta negociación política en rechazar la exigencia de suspender el enriquecimiento de uranio, que las potencias occidentales temen que pueda utilizar como base para conseguir una pureza suficiente como para fabricar armas nucleares.

Respecto a los contactos "técnicos" entre Irán y el OIEA, uno de los nudos más difíciles de desatar se refiere a la petición de los inspectores internacionales de visitar Parchin, una base militar en la que varios servicios de inteligencia creen que Irán ha realizado experimentos relacionados con armas nucleares.

El OIEA intenta desde hace más de una década aclarar la verdadera naturaleza de los esfuerzos nucleares iraníes, que durante años se desarrollaron de forma clandestina y fuera del control internacional.

EE UU y sus aliados temen que la república islámica oculte intenciones militares bajo un aparente programa civil, algo que niega Irán, que defiende su derecho a usar la energía atómica con fines pacíficos.

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