El peor inicio de la historia del Pontevedra

Pablo Lede controla el balón ante Kevin durante un entrenamiento del Pontevedra. alba sotelo
photo_camera Pablo Lede controla el balón ante Kevin durante un entrenamiento del Pontevedra. alba sotelo

PONTEVEDRA. Lo peor que le puede pasar a un equipo de fútbol es creer que ha tocado fondo y, después de hacerlo, descubrir que puede seguir cayendo. Eso le ha pasado al Pontevedra.

El cuadro granate alcanzó la peor clasificación de su historia al concluir la pasada temporada en la quinta posición, fuera de las plazas que daban derecho a disputar la fase de ascenso. El puesto final del conjunto lerezano, para algunos una hecatombe, reflejaba la crítica situación por la que atravesaba la entidad en el aspecto económico. Además, la presencia de cuatro bloques a priori superiores justificaba aquella posición, en cierto modo.

Parecía que el Pontevedra no podría caer más bajo. Pero lo ha hecho. El comienzo del presente ejercicio, en el que se presumía que se iba a colocar en cabeza desde el principio, se ha mostrado como una escuadra irregular y dubitativa.

La actual posición, novena, de los pontevedreses es la peor a estas alturas de campeonato en las seis campañas que ha disputado el club en la actual Tercera División (cuarta en importancia, tras la fundación de la Segunda B).

Los siete puntos y las dos derrotas que ha sufrido lo convierten en un conjunto irregular, con dificultades para hacer remontar marcadores adversos y para marcar goles en juego. De hecho, el Pontevedra solo ha hecho diana de esa forma en dos de los cinco duelos que ha disputado hasta el momento: el de Benja contra el Villalbés y los tres contra el Cultural Areas.

En los envites fuera de casa solo ha logrado una diana, de penalti, obra de Santi Domínguez. Se quedó a cero contra el Choco en Soutomaior y en A Lomba contra el Arosa.

La fragilidad defensiva del once de Nando quedó plasmada en las dos acciones de los tantos del pasado fin de semana: sendos contraataques en los que el cuadro lerezano evidenció una clara falta de contundencia.

El comienzo de curso era citado por el propio Nando como un buen momento para comenzar con fuerza, debido a que la mayoría de los rivales (seis de los siete primeros adversarios) eran recién ascendidos.

Solo faltan el Bertamiráns (domingo, 18.00 horas, Pasarón) y el Laracha para completar la serie de duelos contra los cuadros novatos en este principio de temporada.

El aspecto positivo de lo que va de ejercicio es que ningún rival de los pontevedreses en la pelea por la fase de ascenso se ha escapado. El grupo de cabeza dispone de cuatro puntos de margen sobre ellos, distancia que no es preocupante si existe una reacción del equipo de Pasarón en cuanto a juego.

En las dos temporadas anteriores, en la quinta jornada el Pontevedra estaba mejor situado que en la actualidad. En el pasado campeonato, el cuadro que dirigía Milo Abelleira tenía nueve puntos, resultantes de tres triunfos y dos derrotas. Entonces la reestructuración de la plantilla era, si cabe, mayor que la de este año. Había 17 jugadores nuevos y el PCF empezó derrotando al Bouzas, el Alondras y el Cerceda, y perdió contra el Villalbés y el Negreira.

Hace dos cursos, el cuadro de la ciudad del Lérez tenía diez puntos consecuencia de tres triunfos, un empate y una derrota. El conjunto reaccionó al primer partido de Liga fallido en Oleiros, contra el Dorneda, empató ante el Cerceda que dirigía su actual técnico, Nando, y venció los tres siguientes, ante el Lalín, el Areas y el Ourense. Era tercero en la clasificación.

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