Tres semanas después de que hubiese sido advertida su ausencia, Scotland Yard despejó las dudas respecto al paradero de Javier Comendador. Agentes de este cuerpo policial encontraban el cadáver del profesor vilagarciano en un bosque situado cerca del barrio de Richmond, donde vivía desde hace algo más de dos meses en compañía de dos personas de nacionalidad irlandesa.
A la espera de que le sea practicada la autopsia para establecer las causas que provocaron el óbito, los primeros indicios apuntan en la dirección de que pudo haber sufrido un infarto, ya que su cuerpo no presentaba, al menos aparentemente, signos externos de violencia.
Javier Comendador, conocido con el sobrenombre de Pavi, era un deportista aficionado, al igual que su padre, y daba clases de español. No contestaba a las llamadas que le hacían desde Vilagarcia al teléfono móvil, que dejó de estar operativo, y fue visto con vida por última vez el 4 de noviembre. En su cuenta bancaria no se registraron movimientos. Su familia se desplazó a Londres para seguir de cerca las investigaciones.
