El recurso contra el mal de ojo

Cientos de feligreses acuden a la romería de Santa Xusta, patrona de Moraña, y se llevan el agua que brota de la fuente situada junto a la iglesia, a la que atribuyen propiedades curativas
Romería de Santa Xusta, en Moraña
photo_camera Romería de Santa Xusta, en Moraña

No alcanzó el apogeo que tuvo en tiempos pasados, pero la fiesta de Santa Xusta, celebrada este miércoles, sigue atrayendo a centenares de personas a la carballeira de Moraña, donde está enclavado un templo que fue construido hace 250 años. Las referencias más antiguas de esta parroquia datan de 1562, cuando pertenecía a la jurisdicción de Peñaflor, indica el historiador Pepe Casal.

"Son moitos os poetas e escritores que hai máis de cen anos cantaban as grandes virtudes da santa e a súa romaría na curación de meigallos", subraya, y cita a Martín Sarmiento, que también le atribuye una cualidad hoy olvidada: la de casamentera.

Su fama dio lugar a controversias, como la protagonizada por un presbítero, Jacobo de Caldas, que fue amonestado por el párroco, a instancias del visitador, porque "facía exorcismos en público, sen ter en conta as normas da Santa Madre Igrexa", expone Casal.

La advertencia, realizada en el año 1723, no provocó el efecto deseado por la curia, y la costumbre que acudir a Santa Xusta para sacar el "meigallo" no menguó, por lo que un enviado del Obispado dio un nuevo aviso. Tampoco logró su propósito. "Foi collendo sona coma curadora do mal ruín, ata chegar a finais do século XIX, cando se transforma en todo un fenómeno mediático", señala Casal. Se impone una visión irónica de unos rituales que califican de farsa algunos escritores.

En los primeros años del siglo XX, el párroco, Fernando García, "é pouco dado a esas feiras", expone Casal, pero quien le releva, Juan Iglesias, cambia de opinión cuando una mujer le hizo saber que la fuente milagrosa no era la de la carballeira, que se usaba hasta entonces, sino la situada en la parte trasera de la iglesia.

De poco valió la amenaza de clausurarla del gobernador civil. "Fueron en la semana pasada más de cien excursionistas de Carballo a recoger y beber las aguas de la fuente que se reputa milagrosa", publicaba la prensa. Durante varias décadas mantuvo la atracción, hasta que llegó el declive. "Os tempos modernos, o cambio cultural e a morte de don Juan foron afogando a sona desta romaría, relegándoa a un ámbito local, e onde a figura do meigallo só vai quedando no recordo dos máis vellos", afirma Pepe Casal.

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