Nada ha cambiado desde el pasado fin de semana en O Laño, cuando la Consellería de Sanidade se vio obligada a cerrar la playa al baño por presencia de coliformes en el agua. Las autoridades sanitarias mantienen el arenal vetado al baño mientras no se conozcan los datos de la última muestra, que aunque estaba previsto que se supiesen ayer, no se darán a conocer hasta mañana, según ha informado la Consellería.
Por su parte, vecinos y usuarios habituales del arenal afirman que, haciendo caso omiso de las prohibiciones, continuarán accediendo al mismo como habitualmente hacen, asumiendo el riesgo que pueda conllevar. «A xente báñase igual, non fai caso ó cartel» declaran.
Las advertencias sanitarias no parecen inquietar a los bañistas, que siguen con sus prácticas habituales aunque no son ajenos a la polémica suscitada por los acontecimientos del pasado fin de semana.
Algunos vecinos piensan que el supuesto vertido podría estar relacionado con la situación surgida a raíz de la ubicación de la futura EDAR de Poio. «Eso todo é politiqueo polo tema da depuradora», aseguran.
La situación más molesta se vivió el pasado sábado por la mañana cuando se procedió a precintar todo el arenal. Esta medida resultó del todo impopular. «Nosotros protestamos porque el sábado por la mañana nos vallaron toda la playa. No nos dejaron bajar al arenal». En opinión de los vecinos, el cierre repentino fue excesivo. «Una cosa es que avisen de que el agua no es apta para el baño y otra es que no puedas bajar a la playa». Ese mismo día por la tarde se reabrió el acceso a la playa pero el baño siguió restringido.
Todo apunta a que la prohibición del baño se produce como consecuencia de la aparición de fecales en un riachuelo situado en la parte derecha del arenal por el que desagua una pequeña tubería. Por el momento es en esa parte donde se están obteniendo las muestras analizadas que dieron positivo hace hoy exactamente una semana.
Este arenal es muy concurrido por vecinos de Samieira y también por visitantes de otras partes que pasan en Poio sus vacaciones. La falta de información y la demora de los resultados, sumados a la repercusión que está teniendo en los medios, ha creado un ambiente que va desde el cabreo de unos a la indiferencia de otros.
