SLG ve a la patata transgénica como un ''ataque a la producción tradicional''

El Sindicato Labrego Galego (SLG) ha definido la patata transgénica 'Amflora', de la compañía química alemana BASF, como ''un nuevo ataque a la producción tradicional de alimentos'' al entrar directamente en competencia por ''necesitar enormes extensiones de tierra cultivable''.

Así, la organización señala la ''imposibilidad'' de controlar que se produzcan ''contagios'' en cultivos tradicionales y ecológicos, al existir una cláusula de la UE que permite la ''presencia de hasta un 0'9% de contaminación en alimentación humana y animal''.

Resistencia a los antibióticos
Indican que la 'Amflora' contiene un gen que la hace resistente a determinados antibióticos, ''lo que puede suponer la pérdida de efectividad en las personas de determinados antibióticos imprescindibles en tratamientos contra la tuberculosis'', concreta el SLG.

Ante la afirmación de que la patata manipulada genéticamente tiene un mayor contenido de almidón, el sindicato contesta que ''las patatas no transgénicas tienen el mismo contenido pero sin los genes de resistencia los antibióticos''.

Con este razonamiento, el SLG tilda de ''innecesaria'' la 'Amflora' y recuerda que tanto Francia como Alemania se han acogido a la Cláusula de Salvaguardia para no plantarla.

Los intereses de una multinacional
Para el SLG está claro que la licencia para poder plantar 'Amflora' que ha llegado de Bruselas ''responde a los intereses de la BASF, algo habitual cuando multitud de cargos políticos provienen de las esferas de las empresas y viceversa''.

Por otra banda, el sindicato señala también que si alguien quiere cultivar 'Amflora' esa persona se encontraría ''sometida a un contrato con empresas papeleras'', además de que ''sólo puede ser utilizada en una cosecha'', en contraposición a lo que ocurre con el sistema tradicional.

Apertura a la ''agroindustria''
El SLG considera que la adopción de esa medida abra las puertas de la UE todavía más a la ''agroindustria'' que considera asociada a la ''biopiratería, privatización de bienes colectivos, pérdida absoluta de control de los agricultores sobre la producción de alimentos y una total dependencia del paquete tecnológico que nos venden estas empresas''.

Para SLG, la introducción de esa biotecnología supone aumentar la dependencia de los agricultores, ya que apunta que los cultivos requieren abonos con ''productos proporcionados por la misma empresa'', además de la ''progresiva desaparición de las explotaciones familiares''. 

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