Próximos retos: A la conquista de Portugal

El sueño cumplido de Saleta Castro

La triatleta pontevedresa se consagró el pasado domingo en Maastricht (Holanda) como la primera gallega y tercera española en terminar como campeona un Ironman internacional
Saleta Castro celebra su victoria
photo_camera Saleta Castro celebra su victoria

Saleta Castro ya escribió su página en la historia del deporte. La pontevedresa se convirtió el pasado domingo en la primera gallega y tercera española en alzarse como campeona en un Iroman internacional tras lograr subirse a lo más alto del podio en el Ironman de Maastricht, en el que se había quedado a las puertas en la pasada edición.

"Lograr el Ironman de Maastricht era mi sueño. Es algo increíble después de tanto trabajo y esfuerzo"

La triatleta alcanzó una encomiable victoria con un tiempo de 9 horas, 37 minutos y 17 segundos, once minutos menos que los que invirtió en esta prueba la segunda clasificada, la canadiense Brooke Brown, que la intentó intimidar en ciertos tramos de la competición, pero Saleta fue mejor atleta. "Sabía que era la más rápida en la maratón por cómo lo había preparado, y si tenía un día bueno, en el que todo fuera según debía, iba a salir bien", explica la protagonista, que también reconoce que en el tramo de ciclismo "decidí bajar el ritmo a partir del kilómetro 100. Hice los primeros 90 a ritmo pero cuando supe que aún me quedaba margen con la segunda clasificada me dediqué a comer y beber". Precisamente esta fue la prueba que le dio margen a la pontevedresa para poder ir más holgada durante lo que le quedaba. Curiosamente la bicicleta, su punto débil hace unos meses que se convirtió en su punto fuerte en la ciudad holandesa, muestra de todo el trabajo que dedicó durante este tiempo para evitar regalar minutos en los pedales.

Castro vio en Maastricht compesados muchos años de trabajo y esfuerzo para cumplir el que era "uno de mis sueño". Y lo sostuvo en la mano y se lo llevó de la ciudad holandesa grabado a fuego.

"En los últimos diez kilómetros lo pasé realmente mal, porque muscularmente no podía, tenía calambres"

Pero esas más de nueve intensas horas no fueron un camino de rosas para la atleta: "Los últimos diez kilómetros de maratón lo pasé muy mal, me daban calambres en los cuádriceps y no podía, no es que tuviese un bajón psicológico ni que no estuviese fuerte mentalmente, sino que muscularmente no podía... Pero pude. Llegué y lo logré", relata la gallega.

Durante todo el trayecto, la atleta iba recibiendo referencias de cómo iba de tiempo con respecto a sus rivales, excepto cuando, precisamente, más lo necesitaba: "En el maratón iba un poco a ciegas porque nadie me decía ninguna referencia exacta, alguna gente me decía dos minutos, otra cuatro, otra cinco, y al final no sabía qué pasaba, aunque era consciente de que seguía con ventaja", explica Castro.

"Sabía que era la más rápida en el maratón y, que si todo fluía con normalidad y tenía un día bueno, saldría bien"


FUTURO. Después de proclamarse la reina del Ironman con una actuación heroica, Saleta ya piensa más allá, aunque sin llegar, por ahora, al Océano Pacífico: "Mi prioridad esta temporada era hacer buenas carreras para ayudar al equipo, además de, por supuesto, competir en Maastricht, claro, pero no nos planteamos ir a Hawái este año. Preferimos centrarnos en esto, que también nos valía como preparación, y ya pensar en 2018 para viajar allí, que sí que es algo que quiero hacer".


Aunque ahora admite estar "muy cansada, porque son muchas horas de pruebas sin parar", no deja de pensar en lo que vendrá, ni de su mente se borra lo que pasó. "Aún lo estoy asimilando porque todavía arrastro mucho cansancio, pero después de todo, esto es algo increíble", confiesa una emocionada Saleta, que, después de unos días de merecido descanso del campeón, volverá a la actividad para preparar su siguiente meta. "Voy a descansar esta semana unos días y ya después empezaré poco a poco a reanudar los entrenamientos para recuperarme. La semana que viene tenemos planeados ya entrenamientos más cortos pero más intensos para preparar la siguiente competición de septiembre en Portugal".

"Este año no nos planteamos ir al Ironman de Hawái, aunque en el 2018 ya sí; es algo que quiero hacer"


A sus 29 años y en el que quizá sea el mejor momento de su carrera, Saleta Castro ha firmado ya con pluma de oro en el libro de la historia del deporte. El premio al esfuerzo, a la dedicación y al trabajo bien hecho se han convertido nada menos que en un sueño cumplido. Una fantasía que soñaba despierta durante el sinfín de horas de intensa lucha, de constancia, de creer en algo, en alguien y, sobre todo, de creer en una misma.


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