Empresario imputado, sobre Aquagest: ''Me he arruinado por culpa de estos sinvegüenzas''

El empresario Antonio Luis Murcia, imputado en la Operación Pokemon por la supuesta comisión de un delito de falsedad documental, contó a la jueza Pilar de Lara que profesionalmente se siente "un subnormal" por aceptar a petición de Aquagest, una empresa que lo "ha engañado", facturar como material de oficina "encargos" que en realidad eran "trabajos para el PSOE".

"Me he arruinado por culpa de estos sinvergüenzas", explica Murcia a la instructora, y se muestra dispuesto a contar todo lo que él sabe por si sirve para esta investigación, que atañe a empresarios, funcionarios, tres regidores en activo, cinco exalcaldes, concejales y exediles, y que indaga la existencia de una trama para conseguir concesiones públicas.

"Cuente conmigo para lo que quiera", le dice Antonio Murcia a Pilar de Lara. "Tengo cincuenta años y poco me falta para ir a pedir", prosigue, y le cuenta que convive con tres ancianas, "una de 86 años, inútil; una de 76, inútil, con una minusvalía, que no se mueve; y otra de 70, con un cáncer de vejiga y diabética profunda, que entra en coma".

Su vida laboral se reduce a la imprenta, la histórica La Ibérica, que cerró acosada por las deudas, y al Grupo Ibal, en proceso de disolución.

Para el sector de las artes gráficas, la llegada de Manuel Fraga a Galicia supuso el "mejor acicate", puesto que se volcó con el colectivo, afirma Murcia, y en su caso concreto tuvo otro golpe de suerte importante cuando Aquagest le hizo unas encomiendas.

"Yo no me ofrecí. Me llamaron, y me dicen, usted haga estos trabajos para el PSOE" cuando este partido gobernaba en el Ayuntamiento de Santiago.

"Les facturo (a Aquagest) por un concepto: trabajos para el PSOE. Y me dicen, por ese concepto no. Ponga material de oficina. Me encargaron desde revistas a folletos publicitarios y que la factura la emita a nombre de Aquagest".

"Usted sabe perfectamente lo que hay", le espeta Antonio Murcia a la jueza puesto que todo está en coincidencia con la campaña electoral de 2007, "pero estaba asfixiado" y "el tema que tuviesen ellos", que desconoce, no le importó entonces.

No cobró todo lo que le correspondía de este período y de otros encargos sucesivos del mismo cliente en idéntica dirección; de hecho, le faltan "300 mil euros bien a gusto", pero no existe documentación, ni física ni informática.

"Yo debí hacer propuestas de pedido. Nunca se firmaron albaranes ni se hizo nada. Fui tonto, fui un inútil, soy un inútil, y me han engañado por fiarme".

"¿Qué ganaba Aquagest?", recalca la jueza, y la respuesta que recibe es: "No me pregunte. Yo no soy intermediario de nada".

Nunca le pidió este dinero Antonio Murcia a Xosé Sánchez Bugallo, cuando era alcalde, aunque sí pudo tener alguna conversación en este sentido con el edil Bernardino Rama, que también está imputado en el caso Pokemon.

El contenido que debía editar se lo proporcionaban "desde el grupo municipal socialista" y de las recogidas se encargaba Aquagest.

Antonio Murcia desvela que no está afiliado al PSOE, tampoco a ningún otro partido, pero trabajar para los socialistas "aparte de arruinarme, me ha desgraciado".

"Me siento engañado y fui tonto", reitera, y sugiere que por el PP sabe que "hay empresas que hicieron lo mismo" pero de las que no puede aportar datos porque es un "rumor" que circula.

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