POIO. Dos de los individuos imputados por asaltar violentamente a un anciano en su domicilio en Chancelas han entrado ya en la prisión de A Lama.
Según indicó la Guardia Civil, los dos jóvenes, M.M.R. de 30 años de edad; y C.R.S., de 25 años (ambos vecinos de Pontevedra) fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número 2 de la capital, que determinó su ingreso en la cárcel. Allí fueron trasladado el pasado jueves.
Por su parte, la tercera imputada (una joven de 25 años, vecina de Caldas de Reis y que responde a las iniciales M.R.A.) fue puesta en libertad, de acuerdo con las mismas fuentes policiales.
Tal y como informó en su momento el Instituto Armado, a estos individuos se les imputaban delitos de robo con violencia e intimidación, allanamiento de morada, daños y lesiones.
Los hechos fueron cometidos el pasado martes por la noche, cuando los dos varones en cuestión entraron en el domicilio de la víctima, un hombre de 84 años de edad, y lo golperaron y amenazaron de muerte a él y a su cuidadora, pidiéndoles dinero.
Los asaltantes tenían el rostro cubierto y accedieron a la vivienda tras romper una ventana. Una vez dentro, comenzaron a aporrear la puerta del dormitorio del anciano y, cuando consiguieron romperla y entrar, lo tiraron al suelo y empezaron a maltratarlo e intimidarlo. Este sufrió lesiones al ser golpeado con una silla en la cabeza, así como múltiples traumatismos, por lo que tuvo que ser trasladado en ambulancia a un centro hospitalario.
Su cuidadora, a la que los asaltantes también tiraron al suelo, consiguió huir y salió corriendo hasta la carretera PO-308 para pedir ayuda. Allí fue socorrida por un conductor que, al verla, detuvo su vehículo y llamó al 112.
La Guardia Civil activó un operativo y a la una de la madrugada detuvo a M.M.R. en un bar de Barro. A continuación, apresó a los otros dos implicados.
Durante la instrucción de las diligencias, la Benemérita constató que M.R.A. y M.M.R. habían contactado días antes con el anciano asaltado y, tras ganarse su confianza, en una de las visitas a su domicilio se apoderaron de su cartilla bancaria. Luego falsificaron su firma para retirar 1.200 euros de su cuenta.
Estos dos individuos contaban ya con antecedentes policiales.
